lunes, 27 de febrero de 2006

El centro inteligente o la política como sentido común

Vuelve a ponerse de moda la terminología izquierda-derecha a pesar de la ambigüedad del término y las múltiples interpretaciones y discusiones que suscita. En América Latina es evidente en los últimos años el giro mayoritario hacia la izquierda que en este 2006 electoral (8 elecciones) debe confirmarse; las causas son conocidas; el fracaso de gobiernos liberales y neoliberales y las torpezas y omisiones de los Estados Unidos y quizás otras muchas causas que no vienen al caso explicar y discutir en este momento. Ya en un plano de precisiones conceptuales el problema es que hay muchas maneras de ser izquierda; para simplificar algunos autores hablan de izquierdas moderadas e izquierdas radicales e identifican en el primer caso a los gobiernos de Chile y Brasil, entre otros y en el segundo caso a Cuba y Venezuela; el desenlace de esta historia está por escribirse por orgullo de que los hechos preceden a la teoría; aunque sin teoría los hechos no son comprensibles.
Circunscribiéndonos al caso venezolano “la revolución bonita” está en pleno desarrollo pero ya está en su momento de rendir cuentas, porque el 2006 es año electoral y ya van a ser 8 años de gobierno con abundancia increíble de petrodólares; es decir no hay excusa para fracasar y porque el pasado no puede seguir siendo el principal culpable; sino para qué se tiene el gobierno, y en este caso todo el poder. El candidato Chávez tiene que rendir cuentas.
La oposición no puede seguir siendo torpe y miope y seguir cayendo en la provocación de la confrontación, estrategia exitosa del Presidente; tenemos la convicción que este es derrotable desde un proyecto alternativo, no confrontacional y con prioridad absoluta en lo social y en la seguridad; esto es lo que llamo el centro inteligente, es decir la convergencia de intereses diversos pero complementarios que fue la nota dominante en nuestro siglo XX; especialmente en 1936 y 1958 y que tantos beneficios le aportó al país. Chávez en plena crisis del 2002 y 2003 invitó en Fuerte Tiuna a conversar a Teodoro Petkoff y a Eduardo Fernández y los invitó públicamente a liderizar la oposición; en aquel momento de miedo el Presidente estaba buscando interlocutores políticos moderados; hoy este tipo de liderazgo a mi juicio es mas necesario que nunca a la oposición y al país; tanto en su versión centro-izquierda como centro- derecha.
En este momento mas que un candidato – a nuestro juicio deben salir todos a conectarse con el país- lo importante es recuperar la confianza en el árbitro electoral, con otros nombres al frente del CNE pero fundamentalmente con las garantías necesarias de pulcritud electoral.

lunes, 13 de febrero de 2006

En el laberinto del Comandante

A menos que seamos idiotas (en el sentido griego reducidos a la vida privada) no podemos ignorar al Presidente Chávez, su condición de Presidente lo hace una presencia inevitable y sus decisiones y omisiones afectan nuestra vida de una manera u otra; de allí que lo público como opuesto y complementario a lo privado nos reclama; es decir; la política en su sentido más amplio y positivo.
Algunos autores; T. Adorno; entre otros desarrollaron una visión de la historia y la sociedad que denominaron dialéctica negativa en oposición a la llamada dialéctica de la ilustración; que planteaba como ley fundamental de la historia; la idea de progreso sustentada en un optimismo histórico a prueba de todo.
Con los acontecimientos traumáticos de la primera mitad del siglo XX, especialmente en Europa (1ª y 2ª Guerra Mundial; nazi-fascismo; estalinismo, etc.) la idea de progreso se resintió fuertemente así como el optimismo histórico en boga, de allí surgió la teoría de la regresión mítica que podía hacerse presente en algunas sociedades; negadoras del proceso civilizatorio, con un regreso a la barbarie y a estadios antropológicamente primitivos; así fueron percibidos por estos autores y explicados figuras como Hitler, Mussolini, Stalin y otros; dentro de un contexto social histórico de sociedades altamente neuróticas, perturbadas y enfermas.
En este sentido se puede hablar del fracaso de la ilustración y del historicismo. De la convicción que se tenía sobre la razón, a través fundamentalmente de la tecno-ciencia que nos liberaría de toda servidumbre, se pasó al escepticismo y al pesimismo histórico sustentado en el hecho que la razón y la tecno-ciencia también engendran pesadillas.
Todo lo anterior viene al caso por lo que estamos viviendo en Venezuela en los últimos años; un planteamiento revolucionario profundamente liberador; según el oficialismo; sus adherentes y simpatizantes mientras que otros muchos creemos que es un proceso lleno de ambigüedades potencialmente perjudicial y frustrante para el país y en cierto sentido una regresión histórica decimonónica.
Los hechos y el futuro determinarán quién tenía la percepción mas objetiva del proceso.
En lo que a nosotros respecta ha sido útil intentar la arqueología e historia del personaje y su movimiento; con los testimonios bibliográficos a la mano y la observación directa. Hay una primera etapa, situada en 1980 aproximadamente hasta 1992 que es la conspiración; vieja tentación militar y política, siempre presente en nuestra historia. Ideológicamente son identificables sus vínculos con la izquierda radical de los 60 y 70 y una influencia etérea y romántica del “árbol de las tres raíces”: Bolívar, Rodríguez y Zamora.
Una 2ª etapa legal; después del fracaso de la rebelión militar o intento de golpe de estado que fragua en una candidatura exitosa; con un mensaje ambiguo y amplio, que entusiasmó y confundió a mucha gente y que permitió al candidato aglutinar un frente amplio y heterogéneo (desde la derecha hasta la izquierda).
Ya en el poder las leyes habilitantes define al régimen de manera inequívoca; como de izquierda radical; produce la consiguiente reacción opositora del 2002-2003 y le permite a Chávez depurar su entorno militar y político; acentúa su discurso antiimperialista, sella una alianza profunda con Fidel y Cuba y se convierte en el principal agitador y abanderado de América Latina y apoyo de las izquierdas radicales del Continente. A nivel interno (2004-2005) ejerce un control total del poder mientras el país goza de una bonanza económica extraordinaria.
2006 es el año del destino: se consolida en el poder y se reelige o es el comienzo del fin?.

lunes, 6 de febrero de 2006

El llanero solitario

Nuestro presidente juega fuerte en el tablero del ajedrez internacional; el impulso se lo da su audacia mesiánica, la abundancia de dinero petrolero y la orientación estratégica del viejo zorro de Fidel, que en sus estertares existenciales quiere cumplir con su viejo sueño de exportar la revolución, el juego se llama hoy: guerra asimétrica. Este año y el próximo son decisivos porqué hay elecciones presidenciales en Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú. Estados Unidos ha decidido parar a Chávez y este ha optado jugársela completa retando al imperio. A pesar de las apariencias, el juego lo está ganando Estados Unidos y la razón es muy simple, nunca en la historia David le ganó a Goliat, ya que el juego geopolítico del poder mundial es mucho más complejo y complicado que el combate mencionado en la Biblia (que de paso tiene otras connotaciones de orden religioso que trascienden lo meramente terrenal y político (y además es posible que Estados Unidos sea el gigante pero estoy completamente seguro que nuestro presidente no es David, el predestinado por Dios a las glorias de Israel).
El instrumento principal de Estados Unidos para contener a Chávez es Colombia y su presidente Uribe, los movimientos mas recientes y visibles son el nombramiento del colombiano ex embajador en Washington Luis Alberto Moreno al frente del Banco Interamericano de Desarrollo así como la designación del ex presidente Andrés Pastrana como el mero embajador en la capital del imperio. Igualmente Uribe acaba de renunciar al mero Plan Colombia II Centenario hasta el 2019 que tiene como objetivo la derrota de la guerrilla y el control del narcotráfico. Entretanto nuestro presidente, a pesar de su retórica ofensiva, está cada vez más aislado y debilitado a nivel latinoamericano (sin tomar en cuenta su situación interna).
El gobierno mexicano no simpatiza con Chávez, Centroamérica y República Dominicana acaban de firmar con Estados Unidos el Tratado de Libre Comercio (CHFTA). Brasil marea distancia con un Lula cada vez más debilitado políticamente. Lagos no quiere saber nada de Chávez y menos los chilenos frente a Chávez que apoyó públicamente la salida al mar para Bolivia, Kirchner, también debilitado, tiene demasiados problemas internos.
Uruguay y Paraguay no tienen peso geopolítico relevante y van a jugar, como es lógico, a sus propios intereses, ¿Qué le queda a Chávez?.