lunes, 31 de agosto de 2009

El ogro filantrópico

El gran escritor Octavio Paz en unos luminosos ensayos de hace más de 40 años denunciaba el estatismo acaparador y corruptor que caracterizaba a muchos gobiernos de la época y en particular al mejicano. Transcurrido más de cuatro décadas, algunos gobiernos se empeñan en repetir los mismos errores y algunas sociedades en tolerarlos. Se entrometen en todo y descuidan sus propias competencias específicas, como por ejemplo el de la seguridad. En Venezuela estamos viviendo un verdadero calvario al respecto. Cada hora mueren 5 venezolanos de manera violenta. En 10 años son más de 100 mil sacrificados por la violencia. El secuestro y la “vacuna” están presentes con total impunidad. Sólo en Caracas se reportan 300 secuestros express por mes. El ciudadano vive atemorizado y encerrado en su casa. La frontera es tierra de nadie usufructuada por la guerrilla los paramilitares y el narcotráfico. Hacen lo que quieren ante la indiferencia o la complicidad de las autoridades. De hecho, el 20% de los delitos se vinculan a organismos policiales y los poderes públicos en general se han convertido básicamente en instrumentos de amedrentamiento y persecución política. En todas las encuestas más del 80% de los venezolanos identifican la inseguridad como su principal problema y al gobierno pareciera no importarle. La pregunta obligada es porqué las autoridades y el Estado en general no se ocupan de este problema. Mientras esto sucede el gobierno de manera atropellada e inconsulta sigue produciendo leyes y decisiones   que violentan la propia constitución y aceleran los procesos de control social y político de todo el país.

 A veces hemos llegado a pensar que la violencia y la inseguridad si no son propiciadas directamente por el régimen, le convienen a este, en su afán de prevalecer a todo trance y perpetuarse en el poder a partir del temor y el miedo de la gente.

Todas las dictaduras siempre han asumido la violencia y el miedo como estrategia fundamental de poder.

domingo, 23 de agosto de 2009

Dictadura Roja

El drama de algunos intelectuales es que se anticipan, y anticipar lo negativo es relativamente fácil, de allí el calificativo de profetas del desastre que han recibido. A la mayoría sólo les interesan las buenas noticias, reales o imaginarias, a través de las cuales se alienan y les permite evadir la realidad que de alguna manera significa evadir la propia responsabilidad. “vivamos, callemos y aprovechemos” parece ser la consigna nacional más difundida y en una sociedad fuertemente enferma de rentismo y facilismo y con una larga historia dictatorial ha creado como un ADN social nacional cargado de cinismo y caradurismo.
Es lo que está pareciera estar ocurriendo en el país envuelto en un manto de complicidad y silencio de mucha gente. La dictadura llegó hace tiempo, lo que ha hecho es desarrollarse de manera progresiva. El proyecto castrocomunista no se oculta y el estilo nazifascista se encuentra en pleno desarrollo. No importa el color, ni la ideología, la dictadura siempre es dictadura. No hay dictadura de izquierda ni dictadura de derecha, solo existe la dictadura en donde los tiranos y su corte de aplaudicantes son libres pero los pueblos no lo son. ¿Cuántos ingenuos quedan en Venezuela que siguen pensando en la revolución prometida? o mejor, ¿Cuántos vivos están permitiendo que este proyecto personalista y atrasado siga avanzando?
La violencia histórica es inocente para el que no la ha vivido pero para quién la ha conocido siempre es tragedia y culpa. ¿Estaremos conscientes lo venezolanos de la tragedia histórica que nos ronda? Si alguna enseñanza se desprende del siglo XX es la tentación de la dictadura y el autoritarismo como remedio fácil frente a los males y problemas de una sociedad. Pueblos enteros y diversas generaciones fueron sacrificados a sangre y fuego por estas ilusas soluciones a los problemas nacionales y que terminaron en estruendosos fracasos. La Rusia soviética, Europa del este, el franquismo, las muchas dictaduras del mundo y en particular las latinoamericanas que asolaron este continente durante tantos años y que hoy solo son un mal recuerdo en vez de ser un aprendizaje que nos obligue a reflexionar a tiempo y nos evite las debilidades autoritarias y totalitaria que siempre están presentes en la historia. Ahí está el sacrificado pueblo cubano, 50 años después, con su población congelada en la miseria y sin esperanza. Tres millones de exiliados, miles de fusilados y presos políticos y una esperanza secuestrada por medio siglo. ¿Estamos todavía a tiempo?

lunes, 17 de agosto de 2009

Ley orgánica de educación

La mal llamada ley orgánica de educación es un paso más en la implantación de un régimen castro-comunista en Venezuela, intención manifestada explícitamente por Chávez cuando declaró recientemente que para el 15 de diciembre de este mismo año deben haberse implantado todas las leyes necesarias para impulsar definitivamente el socialismo del siglo XXI (en la práctica, el comunismo real del siglo XX) inclusive planteó que la propia Constitución vigente ya cumplió su cometido y decretó su defunción, ya que resulta insuficiente e inadecuada para su proyecto de poder absoluto y control social total. La ley de educación es un paso más en este proyecto hegemónico de dictadura autocrática. En sí misma, no vale la pena discutirla, primero, porque es un proyecto cuasi-clandestino, presentada a última hora y en versiones diversas. En segundo lugar, ni ha sido divulgada ni mucho menos consultada. En tercer lugar, las observaciones de fondo que se le han hecho, no han sido tomadas en cuenta y al contrario, desestimadas y escarnecidas. A pesar de lo anterior, si quisiéramos analizar la ley, tal como lo han hecho algunos especialistas, esta adolece de numerosas fallas y omisiones como la desnaturalización de la misión pedagógica de la escuela y la desestabilización de todo el sistema educativo con la intromisión ideológica y política-partidista de los consejos comunales. La visión totalitaria de la educación, el monopolio estatal de la misma (confundiendo Estado con estado-partido-gobierno). La restricción o eliminación de la autonomía universitaria y la libertad de pensamiento así como la discrecionalidad abusiva que se le da al ministro de educación en la dirección de la educación nacional.
Esta ley confunde fines del Estado con los fines de la educación y deja en el desamparo más absoluto a la familia y la sociedad en su conjunto y a los padres y representantes en particular con respecto a la educación y al futuro de sus hijos.
Chávez está jugando al todo o nada y al ahora o nunca, en este difícil año 2009, aprovechando el período vacacional y consciente como gobernante que el tiempo se le acaba, debido a un ejercicio gubernamental desastroso y fracasado y con una chequera petrolera menguada, ha sido aplazado por la opinión pública en casi todo: en inseguridad e inflación, carestía y desempleo y con una progresiva inestabilidad interna y externa que por un lado compromete los intereses nacionales y por el otro implica una ruptura del pacto social, expresado y garantizado en nuestra Constitución. Si a eso le agregamos una prédica y un lenguaje lleno de amenazas y miedos frente a una sociedad a la cual se le quiere negar, no sólo su libertad y sus derechos, sino hasta las posibilidades mínimas de expresión, con este cerco despiadado a los medios de comunicación, para montar un monopolio estatal de los mismos.
¿Hasta dónde y hasta cuándo?. A los venezolanos nos toca decidir. Fracasados y derrotados en el siglo XX el nazi-fascismo y el comunismo, se llegó a la conclusión, que estos nefastos regímenes, prevalecieron gracias al miedo y al silencio de muchos y las múltiples complicidades de otros.
¿Vamos a permitir que nuestro tiempo sea secuestrado por una dictadura de medio siglo como la cubana o que nos retrotraigan a las catacumbas de las largas dictaduras de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez?

lunes, 10 de agosto de 2009

Pasado y Futuro

Tratar de entender el chavismo es fundamental. Hay una prehistoria, que es la etapa de la conspiración y limitada a los cuarteles y a ciertos sectores de izquierda, que se hace visible en las intentonas golpistas de 1992. Hay una etapa política, primero abstencionista y posteriormente electoral, que rodea y se alimenta de la vieja izquierda y del creciente descontento social. El triunfo electoral y la constituyente definen el mejor momento de Chávez. El golpe de Estado del 2002 propició la imposición de la nueva hegemonía entre el 2003 y el 2006, facilitada por la abundancia fiscal. La crisis del 2007, las derrotas del 2-D del 2007 y la del 23-N del 2008, inician a mi juicio el comienzo del fin del régimen. Después viene la "aceleración" del proyecto castro-comunista y la galopante crisis económica, social y política, de desenlace incierto y seguramente con un alto costo en violencia.
Mi impresión de Chávez, 10 años después, es el de un heredero, que por ignorancia e incapacidad dilapidó una gran herencia económica, política y social. Lo que va a quedar es una sociedad dividida y arruinada y una ingobernabilidad peligrosa.
Chávez va a salir del poder de una u otra forma, pero el "chavismo" por un tiempo va a quedar y habrá que negociar con él, políticamente y socialmente reconocer que un porcentaje importante de "desposeídos" por un tiempo se seguirá definiendo como chavista, en especial si no se ataca a fondo el problema social del país. Es una amenaza pero también es un reto para la democracia civil y social que tenemos planteado desarrollar con una acción política creativa, inclusiva, dialogante para intentar "despetrolizarnos" y crear un mejor modelo de desarrollo sustentable, con la participación de todos los sectores.
Chávez y su proyecto personal de poder es ya pasado, no importa el tiempo que todavía le quede en la presidencia. Cada día un mayor número de personas siguen exigiendo volver a recuperar el futuro, como país unido y en donde la convivencia civil, la tolerancia y la seguridad, en todo sentido, la tengan garantizados, todos los venezolanos.