domingo, 16 de diciembre de 2018

La Política: Entre el Ser y el deber ser



La política es una ciencia(?) a-típica, tiene principios y reglas, pero casi nunca se cumple. Su realidad-real es la prevalencia del ambicioso y del codicioso, con todas sus patologías y cuyos "méritos" principales son la astucia, la hipocresía y la falta de escrúpulos. La política es necesaria y amerita una vocación muy particular, como la del médico, que existe para garantizar la "buena salud" como principio, pero en realidad son una consecuencia de las enfermedades. Sin enfermos no hay médicos. Sin sociedades "enfermas" no harían falta gobiernos. La política y el político "administran" carencias: materiales y emocionales de las "masas" (clases y grupos sociales) sus expectativas de bien-estar y ascenso social pero igualmente sus miedos y resentimientos. La política ancla en la economía, su principal ocupación, pero opera como teatro. En un mundo de fanatismo e intolerancia en una realidad llena de egoísmo y pre-juicios "monta" el teatro de las promesas y programas y calma al enfermo, incapaz de ser responsable de si mismo y lo distrae. Cuando Nietzsche proclamaba la "voluntad de poder" sintetizaba el principio universal o motor principal de la política: todos buscamos el poder en todas nuestras relaciones humanas (microfísica del poder la llamó Foucault) y el cargo mayor para el ambicioso mayor. Política y gobierno son necesarios pero no hay mayor aspiración (ciertamente utópica) que algún día merecer no tener gobiernos, como dice J.L. Borges. La vigencia del Príncipe de Maquiavelo se explica porque es una "descripción" anatomo-patólogica del político y la política, del SER de la misma y no de un DEBER-SER (de esto se ocupa la filosofía política, sus teorías y utopías).

jueves, 6 de diciembre de 2018

Chávez… 20 años después.

Esta es historia real, como estos interminables 20 años, en donde todo ha pasado y no ha pasado nada. El "chavismo"es autoritarismo-populista-castrista, endógeno y criollo. Destructivo y retro-grado,pero es real y obliga a"entenderlo"en clave venezolana y en la geo-política global. La renta petrolera,desde 1914-1922, generó en nuestra sociedad cambios sociales y políticos acelerados, propiciando una modernización desigual, inorgánica y desinstitucionalizada. Un cambio de mentalidad, más de fachada y vitrina que de fondo. En todo el siglo XX la reforma política se ejecuta desde el Estado autocrático (1914/1935) y a partir de 1936 en un proceso de democratización progresiva, especialmente desde 1958. La democracia de partidos, terminó en un bi-partidismo estéril, desgastado por la corrupción y la falta de reformas. La respuesta suicida fue elegir al mesías del cuartel y tolerar un progresivo proyecto autoritario-totalitario. Arruinado el país, por la corrupción y el populismo, se sigue buscando una salida política que tarda demasiado. La mayoría desea un cambio que la clase política no termina de definir, pero el cambio es inevitable. El peor pronóstico es consolidar un régimen a la cubana. Otra Cuba,es posible pero poco probable, ningún modelo socio-politico se repite de manera absoluta, tiempo y lugar son diferentes y Venezuela tiene particularidades socio-culturales y geo-políticas que permiten ser optimistas y evitar el "congelamiento" castro-comunista. En el siglo XX en Venezuela se crearon unas importantes y numerosas clases medias profesionales, vía renta petrolera y oleadas de inmigrantes que crearon el país de acelerado urbanismo y mentalidad moderna de cultura democrática, que han sido la verdadera resistencia al régimen. El futuro llega si lo buscamos hacia adelante, en el siglo XXI y en clave global. Estamos demasiado abrumados por el pasado. Hay que honrar a Bolívar pero hay que dejarlo descansar. Nuestro monarquismo de República es letal tanto como el Estado como patrimonio del gobernante. País empobrecido, maltratado y robado, hoy vive en el desaliento de la incertidumbre, la huida de la emigración y la prevalencia del pícaro y del delincuente, pero podemos cambiar y esa es la urgencia y la prioridad.

jueves, 29 de noviembre de 2018

Sin propietarios no hay emprendedores ni ciudadanos


Ocupantes y no propietarios, así fue en la Colonia y así ha sido en la República. El rey otorgaba la tierra sin perder la propiedad y así lo ha hecho el Estado Nacional. El rey, a través de Encomiendas, Repartimientos y Misiones "asignaba" la tierra, no la propiedad y se reservaba el sub-suelo. Todos eran "pisatarios" con obligaciones y beneficios, ocupantes pero no propietarios (condición que permitiría la individualización del ciudadano). La República asume como titulo de propiedad las Cedulas Reales y agrega los Haberes Militares (1819-1821) raiz y causa del latifundismo y en 1848 establece la Ley de Tierras Baldias. Sistema agrario de corte feudal y al liberar al esclavo (1854) crea un campesinado sin tierras. Un siglo después, en 1936, se promulga la Ley de Seguridad del Ocupante, que consolida al Estado como el casi único propietario de todo el suelo y subsuelo de la Nación, causa principal de nuestro atraso societario, económico y político. Con la Independencia nos declaramos libres y modernos, mientras remachábamos nuestro atraso y anacronismo, manteniendo estructuras socio-económicas y mentalidad pre-modernas o coloniales. En 1962 se promulgó la Ley de Reforma Agraria, sin expropiar al Estado del monopolio del subsuelo y de la mayoría de las tierras, en condición de ejidos y baldíos y en una coyuntura,en donde la mayoría del campesinado venia migrando a las ciudades. En la Constitución de 1961 se establece que los Ejidos le pertenecen a los Estados pero los administra la Nación (poder central) y en la Constitución de 1999 se invierte,son de la Nación pero lo administran los Estados, aunque en la práctica nada ha cambiado. En 2010 se promulga Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, lo mismo, muchas buenas intenciones sin tocar el"meollo"del asunto, sin tocar el tema estructural: expropiar al Estado del monopolio del suelo y del subsuelo y empezar a desarrollar la ciudadanía del propietario rural y urbano. Sin propietarios no hay emprendedores ni ciudadanos. No hay hidalgos (hijos-de-algo) con el corolario correspondiente de consciencia civil y ciudadana, de libertad, responsabilidad y democracia. Cuando dejemos de ser ocupantes dejaremos de ser colonizados y sub-desarrollados.

viernes, 26 de octubre de 2018

Donald J. Trump



Donald Trump (1946): 45 presidente norteamericano (1017-1920) el dirigente más poderoso del mundo; preocupa y asusta, por sus antecedentes e historial. En esta serie testimonial de Netflix es presentado como inescrupuloso y sin consciencia. No distingue el bien y el mal y tiene una visión darwinista de la vida, sostiene que en todo solo hay un perdedor y un ganador y él se asume en el bando de los segundos. Sabe pelear y sabe vencer. En esta serie es calificado como un estafador, sabe como usar y abusar de los demás y lo más preocupante es considerado un sociópata, no importa el mal o dolor que infrinja no se hace ni se siente responsable. Venido de los negocios y el espectáculo, su arrogancia, narcisismo y egolatría le hace identificar y ostentar todos sus negocios y propiedades con su nombre. De la serie se desprende que siempre quiso ser presidente en un país que ha convertido en ciencia de "como se vende o se hace un presidente". Tenía la ambición, tenía el dinero, tenía la publicidad y la oportunidad se presenta, en un momento de desprestigio de los liderazgos políticos tradicionales y temores e incertidumbres económicas. Lo intentó y lo logró con su estilo rudo y heterodoxo y la ambición y audacia correspondiente. Un personaje pintoresco si no fuera por el cargo y el poder que tiene en un país complejo y con muchos desafíos internos y externos. La Republica-Imperial esta rodeada de tentaciones, la principal: la arrogancia del poder mundial absoluto y ello no significa otra cosa que la guerra, a escala nunca conocida.

miércoles, 24 de octubre de 2018

James Dean



Esta película y este actor fueron iconos generacionales de los 60 del siglo pasado. Apenas recuperados de las guerras (segunda guerra mundial, Corea y preparándose la de Vietnam) la amenaza de una guerra nuclear parecía real y el "fin del mundo" no era una lejana abstracción, en este"clima"psicológico, la juventud se asumía, solos y en rebeldía, frente a un mundo adulto que no los"comprendía". La película asume el desafió de ayudar a caracterizar a toda una generación, desde la vestimenta y gestualidad (J.Dean y Marlon Brando fueron modeladores y arquetípicos al respecto) así como la necesidad de una identidad propia para su propio transito a la adultez. La película tuvo un enorme éxito de taquilla y creo un genero juvenil y desenvuelto, no exento de drama y tragedia. La muerte trágica y prematura de James Dean hizo el resto para configurar una leyenda y una mitología de mass-media que todavía hoy marca la memoria de esa generación.

jueves, 18 de octubre de 2018

Tres mujeres



 
La literatura tempranamente creo 3 mujeres modernas arquetípicas: MADAME BOVARY(1856) de Gustave Flaubert; ANA KARENINA(1877) de Leon Tolstoy, y en 1928 EL AMANTE DE LADY CHATTERLAY de D.H.Lawrence. De las 3 novelas existen versiones cinematográficas y los 3 libros fueron motivo de escándalo y prohibiciones en la época de su publicación. No podía ser de otra manera cuando el arte o las ideas se anticipan, todas las sociedades son conservadoras. Las 3 mujeres son mujeres emancipadas y de fuerte personalidad,que asumen un destino trágico desde sus emociones e independencia,en sociedades machistas y patriarcales esto era intolerable. Siendo personajes profundamente femeninas,exaltadoras de su sexualidad,independencia y libertad, al mismo tiempo imponen con su fuerte temperamento y personalidad "viril",sus parejas y demás personajes masculinos, en estas novelas tienden a ser irresolutos y débiles como en el imaginario colectivo de la época se asumían a las mujeres. Las 3 heroínas anticipan a la mujer moderna de las sociedades urbanas evolucionadas y quizás ello explique su vigencia y millones de lectores. Otro aspecto a resaltar en las 3 obras es la critica a sus respectivas sociedades: la Francia de la aristocracia decadente y la burguesía con su mediocridad mercantil y vidas adocenadas. Igualmente se critica la sociedad rusa de los zares con su aristocracia arrogante y parásita y la Inglaterra victoriana,de moral puritana e hipócrita e industrialismo voraz y destructor. Vale la pena leerlas, las 3 novelas son una provocación o mejor una invitación a superar nuestros pre-juicios, llenos de complejos,temores, miedos, cobardías y culpas y entender que la libertad es un desafió existencial que nos permite crecer como humanos y en humanidad.

lunes, 15 de octubre de 2018

Murió la verdad


https://historia-arte.com/obras/la-persistencia-de-la-memoria

 

Un drama de graves e impredecibles consecuencias para la humanidad es la relativización de la realidad, el hecho pasa a ser interpretado y se absolutiza el "punto de vista". No solo el individuo piensa que siempre tiene razón y que su opinión no necesita demostración sino que ademas pretende imponerla al publicarla gracias a las nuevas tecnologías, por ejemplo Twitter. Toda esta relativización se potencia con la llamada post-modernidad en donde no es necesario demostrar nada, sino solo creer. La post-verdad es la consecuencia lógica, la credulidad de la propaganda o lo que piensa la mayoría. El poder, usualmente una máscara y un teatro, el gobierno no democrático y la política populista terminan sustituyendo la realidad por una fantasía interesada y altamente manipuladora. El lenguaje desaparece como vehículo de la verdad y es sustituido por la palabra vacía y hueca. En todos los campos sucede lo mismo, todo se convierte en una abstracción de libros de auto-ayuda. Pienso y digo lo que me conviene y convenga, desaparece la responsabilidad personal y por consiguiente la libertad que no es otra cosa que mis obligaciones frente a los demás. Mi felicidad no puede significar la infelicidad del otro. Utilitarismo y pragmatismo dominan, principios y valores son sacrificados. Los hechos son los hechos y la verdad es la verdad, no la que me conviene o deseo.

12 de Octubre


12 de Octubre, día de la raza, día de la hispanidad, día del descubrimiento, día del encuentro, día de la resistencia indígena y así se suceden las interpretaciones,respondiendo a los diferentes enfoques historiográficos y a los intereses ideológicos y políticos dominantes. La historia es siempre una interpretación desde un presente, como afirmo Benedetto Croce "La Historia siempre es Contemporánea". El historiador es el que ordena, define e interpreta los hechos. En ese sentido la Historia es una disciplina subjetiva ya que el pasado es irrecuperable mas allá del dato o del hecho en sí mismo, todo lo demás es interpretacion. La Historia no se repite pero el hombre siempre se repite a sí mismo, afirmaba Tucídides y tenía razón. La novedad lo aporta la tecno-ciencia pero el resto son las emociones: instintos, deseos y pasiones que se repiten y multiplican en la historia humana: deseo y placer; temor y miedo; ambición y codicia y la infinita ignorancia y el dominante egoísmo. De esa arcilla estamos hechos los humanos, marcados por la tierra pero sin perder la capacidad de mirar hacia arriba. La Historia lo refleja en sentido individual y colectivo. A nivel biográfico hay de todo: héroes, santos y villanos y a nivel colectivo hay épocas, mejores y peores. La Historia es un fluir, como la vida, con un fin incierto y proyectado de acuerdo a nuestras creencias. El poeta lo expresó con aquello de “caminante no hay camino se hace camino al andar..…" o en la definición histórica de identidad como un “ir siendo" en una larga tradición de lenguaje y cultura y de imaginación y razón. El pasado lo interpretamos, el presente lo vivimos y el futuro como un acto de fe y esperanza. El 12 de Octubre es un deslinde o hito entre dos historias:la indígena y la europea y a partir de allí, con toda la habitual violencia de la historia el fecundo mestizaje que define la conquista y hominización de nuestro planeta Tierra, convertido por la progresiva consciencia planetaria en Casa Común de todos los humanos, mas allá de sus diferencias culturales y de sus intereses económicos y políticos.

viernes, 14 de septiembre de 2018

Juan Liscano (1915-2001)


A mi nieto Miguel Ángel Lombardi Vaimberg

Este intelectual venezolano desarrolló una acción cultural relevante y fue poeta y escritor de relieve. Como ensayista se ubicó en la línea del pesimismo histórico desde una perspectiva trágica y dramática de lo humano. Compartió la tesis que el mundo no tiene remedio ni final feliz, empezó la Tierra sin el hombre y terminará sin él, como lo han expresado importantes científicos e intelectuales, pero a pesar de ello, dice Liscano, no podemos evadirnos de la necesidad de buscar un sentido espiritual a nuestra existencia para intentar darle a nuestra vida un sentido trascendente.
Liscano reflexionó sobre la historia y se horrorizó de la misma, como expresión de la maldad y violencia humana.
Historia cainitica, que en nuestra época se expresó en las trágicas sociedades totalitarias nazi-fascista-comunista. Esta concepción totalitaria del Estado y de la Sociedad desde una ideología dominante o verdad única y con un soporte tecnológico avanzado, termino siendo la distopía negadora de todas las utopías de la edad moderna. Cuando la política y la economía; y la ciencia y la tecnología pierden su sentido humano y se niegan a sí mismas. Inhumanas o deshumanizadas nos conducen directamente al reino de la injusticia y de la muerte, en un presentismo suicida de alienación psicológica y cultural. El hombre moderno terminó solo, huérfano de sí mismo y caníbal de la propia especie.
En la tradición occidental: prometeica y fáustica se incurrió en un “delirio yoico” cuya expresión filosófica fue la filosofía de la muerte de Dios y la promesa de la razón tecno-científica de sustituirlo y el propio hombre convertirse en otro dios. Dice Liscano “No somos dueños de nada, ni de nuestro destino ni de nuestra muerte. Estamos pasando y tan sólo gozamos del privilegio de poder pensarnos y poder pensar un sueño confuso de divinidad si la necesitamos… Ya no se trata de salvar al mundo, sino de trascenderlo, de transfigurar su imagen, en el umbral donde la razón insuficiente entrega sus armas especulativas y se emerge en el infierno de la historia”.

Foro democrático


Si es cierto que el régimen hace tiempo dejó de ser democrático y asumió como proyecto la franquicia cubana, cualquier desenlace político hacia una transición pasa por la coordinación efectiva de tres factores concurrentes: factores internacionales de carácter geopolítico, las fuerzas armadas, que en nuestros países ha cumplido funciones de partido político y los sectores civiles y partidistas que a nuestro juicio deberían ser los protagonistas de este proceso. Para el análisis, el factor internacional y militar son empíricamente difíciles de identificar ya que casi siempre operan en un nivel de ocultamiento. Para efectos nuestros, solo es posible destacar la necesidad y la importancia del factor civil y partidista, en ese sentido la urgencia de crear un espacio político de encuentro y unidad entre todos los sectores políticos y que identificamos como un Foro Democrático, plural e inclusivo, no tanto para discutir doctrinas y programas sino de manera práctica ayudar a desarrollar iniciativas de participación y presencia política nacional e internacional que permita viabilizar una salida democrática a la profunda crisis nacional que nos atormenta y ya dura demasiado.
Un Foro Democrático que no inhibe la autonomía y la independencia de cada partido y de cada organización o sector social, lo deseable sería un gran esfuerzo de coordinación que permita limar asperezas, desarmar las descalificaciones y coordinar acciones eficaces en todos los espacios posibles. El Foro Democrático no tendría otro objetivo que ayudar a construir escenarios de convivencia y participación, mantener viva nuestra cultura y memoria democrática y permitir que las diferencias de todos los sectores sean canalizadas a través de procesos electorales y de diálogo sobre el principio de que la Nación es una sola y el Estado debe estar al servicio de la misma con todas sus instituciones y de manera particular sus fuerzas armadas.
Sabemos que el planteamiento luce como un buen deseo y etéreo, pero poco eficaz. En la actual coyuntura en donde hay una inocultable crisis partidista y ausencia de liderazgos representativos y de una inevitable desmovilización y desesperanza, el aportar ideas que pudieran ayudar a avivar la fibra democrática venezolana y cierto optimismo realista, sobre las posibilidades del cambio ya justifica la propuesta.

La "Situación" venezolana


Para el historiador el tiempo más difícil a comprender es su propio presente, carece de perspectiva y no se conoce el desenlace, lo contrario cuando se estudia el pasado, conocemos el desenlace y a la mano se tiene toda la información necesaria.
En Venezuela desde al año 1992 se hace visible un proyecto emergente de poder que fracasa por la vía del golpe de Estado, pero fue exitoso por la vía electoral en 1998 con la elección de Hugo Chávez Frías. El país venia, en las últimas dos décadas viviendo una crisis de relativo estancamiento económico y de un sistema político anquilosado, cada vez más desconectado de las necesidades de la mayoría.
Chávez un líder mesiánico y populista encarnaba de alguna manera las expectativas de un liderazgo fuerte y unas reformas necesarias. Con la crisis del 2002-2003: paro petrolero y golpe de estado fallido, Chávez inicia de manera visible un acercamiento a la Cuba castro-comunista, a pesar de su discurso ambiguo en lo ideológico se notaba ya la tendencia autoritaria de un gobierno militar y con una clara inclinación a un modelo político hegemónico. Chávez que muere en el 2013, logro polarizar a la sociedad venezolana y exitoso en desarrollar un liderazgo internacional, sustentado en los abundantes recursos fiscales que le proporcionaba la renta petrolera. En lo interno, populista y demagogo y en lo externo un tercermundista con recursos. La etapa chavista del proceso resulta un tema polémico y políticamente extemporáneo, dada la necesidad de concentrarnos en los últimos cinco años, en donde Maduro y su gobierno no sólo cumple el rol del heredero sino, además, por la dramática carencia de recursos financieros y quizás por sus propias convicciones acelera la entrega al castro-comunismo haciendo realidad lo que en la época de Chávez apenas era un temor.
La situación venezolana no puede ser comprendida a plenitud si no se ubica en el contexto geopolítico global, no sólo por nuestros recursos y posición estratégica sino por el alineamiento del régimen venezolano con una serie de países hostiles o confrontados con los Estados Unidos. China, Rusia, Irán, el fundamentalismo islámico, el narcotráfico, el Foro de Sao Paulo y otros intereses y factores anti-norteamericanos que han configurado un escenario altamente complejo y de desenlace incierto.
Para los venezolanos nuestro interés es terminar con esta agonía de hambre, carencias, y destrucción. Recuperar un país normal, seguro, próspero y con futuro, en libertad y democracia, más allá de los intereses geopolíticos de las potencias nombradas y países involucrados. Lamentablemente el régimen que de autoritario ya puede ser calificado de proyecto totalitario: Cuba II, prácticamente ha clausurado las vías electorales y democráticas y profundiza su política represiva y de control social. Frente a estas circunstancias, el factor internacional pasa a jugar un papel importante, igual las fuerzas armadas, ahora nuestro deseo sería un proceso que culmine en una transición democrática con el menor costo posible en todo sentido.
Los venezolanos merecemos vivir en democracia, libertad y progreso como de alguna manera lo logramos en el siglo XX.

martes, 1 de mayo de 2018

Años Oscuros


AÑOS OSCUROS. Esta expresión es frecuente en la historiografía universal, tanto que a todo el periodo medieval, casi un milenio, se le calificó de años o tiempos oscuros. Suena exagerado y posiblemente exprese la opinión sesgada de intelectuales no-cristianos, anti-clericales y ateos. Igualmente se usa la expresión de AÑOS OSCUROS para referirse a tiempos de guerras y conflictos y de fuertes, severas y prolongadas crisis económicas y sociales con sus correspondientes inestabilidades políticas. Si la historia es cíclica,los AÑOS OSCUROS son recurrentes; cada país vive de manera particular los tiempos cíclicos de crisis que en el fondo tienden a ser tiempos de cambio. En el caso venezolano, sociedad que disfrutó casi un siglo de estabilidad política, prosperidad y progreso económico,se había olvidado el sentido trágico de la historia.
En nuestra memoria colectiva, existe a nivel inconsciente, en muchos, el rencor y el resentimiento de la esclavitud y la servidumbre de la marginalidad y de la opresión y ello ayuda a explicar la carga de violencia que todavía arrastramos cuando el conflicto social se exacerba. Injusticias y desigualdades económicas y sociales y sistemas políticos cerrados y autoritarios han sido principales características de los llamados períodos oscuros que paradójicamente, a veces, terminan en "auroras" de cambio y progreso, ej: la emancipación.
Efectivamente, la Independencia, como proceso político, tuvo un fuerte impacto negativo en nuestra economía y sociedad, tanto que Bolívar pudo decir que a cambio de la libertad perdimos todo lo demás, a la vista de una nación devastada y empobrecida, post Independencia.
Igualmente nuestro siglo, pródigo en destrucción y violencia, con una guerra civil y una permanente insurgencia política, que nos caracterizó como una sociedad feudalizada y atrasada. Muchos han tenido la tentación de calificar todo nuestro siglo XIX como AÑOS OSCUROS. Para el historiador Manuel Caballero, el gran logro histórico de nuestra sociedad en el siglo XX, fue la paz social y la convivencia política, a pesar de los periodos de dictadura. En 1903, con la derrota militar de los caudillos regionales, se impone la paz de hierro del vencedor. Para otros historiadores, AÑOS OSCUROS son los de la larga dictadura de J.V. Gómez, por la feroz represión y silencio al que fue sometido el país, pero otra vez la paradoja, fueron los años germinales de la Venezuela moderna,y que Caballero recoge en su libro "Gómez: El tirano liberal”.
AÑOS OSCUROS y épocas luminosas, terminan siendo interpretaciones a posteriori,y de acuerdo al punto de vista y opiniones del historiador, pero sin lugar a dudas, son AÑOS OSCUROS para quién los padece y más oscuros serán, mientras más se prolonguen y la destrucción sea mayor.
En Venezuela,hemos vivido una crisis en desarrollo, desde la década de los 80 del siglo pasado, que no termina y cuyo desenlace no se vislumbra. Son casi 40 años de inestabilidad e incertidumbres, mínimo 3 generaciones, de futuro crecientemente incierto. Muchos empobrecidos y emigrando. Si bien hablamos de una crisis de larga duración, que lleva 4 décadas, esta ha sido progresiva. Hay una crisis, cuya responsabilidad política corresponde a la dirigencia del bi-partidismo. Otra etapa, la representa el chavismo (1999-2013) y otra el madurismo (2014-2018).
En pleno desarrollo y padecimiento de la crisis, es poco prudente caracterizarla de manera definitiva y sin conocer el desenlace. Pero para el que la padece y pasa hambre, sufre violencia, tiene que migrar y para la mayoría con futuro incierto, son AÑOS OSCUROS.



"Firmes en el presente"


Prevalece la incertidumbre por la sencilla razón que estamos en transición del sistema económico y político. En 1945,con un golpe de Estado, se inició el populismo-estatista-electoral, en su primera fase. En 1958,con otro golpe de Estado,se inicia la segunda fase (bipardismo). En 1998(fallado el golpe de Estado del 92) por vía electoral se inicia la tercera fase,con el chavo-madurismo, con la liquidación de la economía-política petrolera (populismo-estatista-clientelar) exacerbando sus vicios y el agregado militarista-autoritario. La gran interrogante es simple ¿tendremos como sociedad, la capacidad política, para "negociar" una transición democrática por la vía electoral o será necesario como en el pasado, un acto de fuerza?.
Tradición política nacional se inclina por el "acto de fuerza",mucho más por la presencia totalitaria castro-comunista. El sentido común y la evolución social de nuestra sociedad nos obligaría a buscar "soluciones" políticas menos confrontaciónales y más "dialogadas".El tiempo dirá. Lo cierto es que los venezolanos, políticamente, tenemos que olvidarnos del siglo 20 y del 19(sólo aprender de los errores cometidos) y re-inventarnos en el siglo 21 (más allá de la economía política del petroleo) y seguir avanzando como sociedad democrática: abierta, plural, tolerante. La tarea del futuro, le corresponde al presente, el pasado es válido como identidad pertenencia y tradición y eso forma parte de la cultura y la historia de una sociedad, es una herencia sacralizada, pero economía, política y destino personal siempre es un presente,en"preñez"de futuro; vieja discusión (en el fondo estéril y bizantina) ¿Para qué sirve la historia? Cicerón, hace más de 2 mil años, la llamó "maestra de la vida" desde un punto de vista,tenia razón. Hegel, hace 2 siglos pensó que la historia si algo enseña,es que no enseña nada o casi nada. Cicerón tenia razón en su tiempo, un tiempo histórico de un eterno-retorno (Tucídides pensaba que el hombre siempre se repite a si mismo) Hegel también tenía razón en la medida que en su época todo cambiaba aceleradamente (Revolución Industrial) qué diremos hoy en pleno vértigo tecno-científico.
"Firmes en el Presente" ese es nuestro único tiempo real en términos existenciales y personales. El reaccionario pretende huir hacia el pasado y el progresista se evade hacia el futuro, por ello es que políticamente izquierda y derecha, entran en desuso y coinciden en el "escapismo". Qué más anacrónico que Bolívar "vuelve" y el reino de la felicidad "eso es retórica,discurso para nostálgicos e incautos. Puede ser" religión", política no es y por consiguiente no es real, no es historia, en el mejor de los casos, literatura. Cuando Tomas Moro escribe U-TOPIA (tierra de ninguna parte) lo hace como un humanista cristiano-renascentista y esas "ideas" de un "paraíso-perdido” y un “paraíso-recobrado" estaban en boga por América, recién "descubierta o encontrada" y por la gran influencia de San Agustín y Santo Tomás. Los europeos tardaron un siglo en definir y entender,en términos objetivos,lo que terminó llamándose arbitrariamente AMÉRICA. Pueblos que viven del pasado,terminan subordinados y marginados (y explotados por élites internas y por poderes internacionales) Atreverse a ser sociedad moderna-en-progreso es decisión soberana nuestra, pero para lograrlo tenemos que convertirnos en una"sociedad del conocimiento".

miércoles, 18 de abril de 2018

La revolución retrógrada: El cambio que no fue


En Venezuela se fue desarrollando desde 1992 (realmente desde la década de los 80´s) un moderado descontento político frente al bipartidismo adeco-copeyano. Éste se había exasperado y canalizado en función de los diversos gobiernos de la época (Luis Herrera Campins, Jaime Lusinchi, Carlos Andrés Pérez II). La gente sabía que no importaba quién gobernara era más de lo mismo. Un gobierno de AD era indistinguible de un gobierno de COPEI y viceversa, la inercia se imponía y prevalecía el status quo, una insatisfacción creciente y un deseo de cambio.
En la medida que la situación económica empeoraba, crecía el descontento social, y muchos empezaron a “mirar” más allá de AD y COPEI. Así surgió la candidatura mediática de Renny Ottolina, un poco después la Alcaldesa de Chacao Irene Sáez se convirtió en la estrella política en ascenso, y hasta la candidatura de Salas Romer intentó crear un referente político diferente de los Partidos dominantes, y en este contexto es que se puede explicar la exitosa insurgencia electoral del golpista fracasado del 4F del 92, y con él vuelven a cobrar forma toda la retórica demagógica y populista recreando una vez más en nuestra historia política la figura de Bolívar con el consiguiente culto ideológico y con ello el recurrente vicio del caudillismo vengador y mesiánico.
El MRB-200 y el MVR fraguan como proyectos organizativos para canalizar el descontento acumulado en dos décadas y asociados a la minoritaria pero activa izquierda histórica permanentemente limitada y derrotada por el estamento político dominante.
El descontento era generalizado desde los sectores populares, disminuidos en sus expectativas y beneficios, como la propia clase media en sus diversos estratos que habían conocido la bonanza del primer boom petrolero (1973) y que los había mal acostumbrado a-un-recibir-sin-responsabilidades.
Este proceso de descontento social creciente, confusión y desconfianza política en ascenso, y en general de un extravío generalizado, de una sociedad enferma aunque todavía sin conciencia de ello, culmina en diciembre de 1998 con la elección de HChF, con un apoyo electoral importante del 56% (3,6 millones de votos), y Salas Romer con el 40% de los votos (2,6 millones de votos), y una abstención cercana al 40%.
Casi es una Ley de la Política, observada por Max Weber, que el Político casi siempre termina haciendo lo contrario de lo que piensa y dice. Comenzando el nuevo mandado en 1999 muy pocos identificaban la naturaleza ideológica y política del nuevo Gobierno. En un primer momento, sobre un marcado populismo nacionalista y un incipiente e indisimulable militarismo el nuevo Presidente convoca a casi todos los sectores a definir las orientaciones del nuevo gobierno y el mejor ejemplo fue la integración de la llamada Comisión Presidencial Constituyente que funcionó aproximadamente entre Enero y Marzo de ese año (de la cual formé parte), en esa Comisión estaban representados los equipos técnicos de la COPRE y diversos nombres que representaban prácticamente todo el espectro político e ideológico del país. Pero esto duró poco, una vez convocada e instalada la Constituyente claramente empezó a perfilarse un proyecto hegemónico de Poder y cuyo sesgo ideológico estaba marcado por el militarismo antes mencionado y una influencia Castro-Comunista al principio poco visible y bastante disimulado, pero que se fue haciendo progresivamente dominante, especialmente después de los confusos acontecimientos del 11, 12 y 13 de abril del 2002.
Casi 20 años después el resultado visible de un proceso político que nació auspicioso y con importantes apoyos es el caos y la destrucción producto de la incapacidad y la corrupción de una gestión gubernamental que a pesar de haber contado con los mayores ingresos fiscales de nuestra historia terminó en las miserias actuales, y cuya ideología-programática dominante, ya de manera visible e innegable, es el fracasado modelo cubano, pero muy exitoso en cuanto a control social y control político.
Y aquí estamos, “en el centro del tiempo”, una crisis de larga duración en cuanto a causas y efectos, pero con un desenlace político permanentemente diferido por el fracaso, por ahora, de la estrategias opositoras, tanto la llamada vía electoral como la denominada “de calle”. Y es que el sistema al no ser democrático cancela de hecho ambas vías, por represión y coacción, frente a ello solo quedan tres factores de fuerza en pleno desarrollo: el desastre económico, el descontento social, y la presión geopolítica internacional. Sobre este trípode descansan las posibles acciones internas de los sectores opositores para buscar un cambio en el más amplio sentido de la palabra. En la Política no existe el vacío, y aunque la solución o soluciones tarden en llegar es inevitable que en algún momento el cambio de Gobierno y Política se dé por la sencilla razón de que el futuro no puede ser cancelado y ninguna sociedad apuesta al suicidio. Un gobierno sustentado en una legalidad cuestionada y nula legitimidad, tiene vuelo corto.
La llamada Revolución está en suspenso tanto en cuanto a su legalidad como a su legitimidad. Moralmente agotada ya no forma parte de la esperanza de nadie, y ni siquiera de las ilusiones de muchos. De acuerdo a la teoría y la experiencia histórica, como dicen muchos: algo debería pasar. No sabemos que esperamos pero la apuesta es a esperar con confianza, y es que ningún ser humano ni ninguna sociedad puede darse el lujo del desaliento y el abandono. Como dice Dickens en una de sus novelas: los peores tiempos son susceptibles de convertirse siempre en los mejores tiempos.


martes, 10 de abril de 2018

Psico-patología del poder



La Historia es compleja y multiforme y lo abarca todo,pero el sesgo historiográfico más cultivado es la historia política y la historia o biografía de los hombres de poder (que llevó a Emerson y Carlyle a la torpeza de creer que la historia era la historia de los grandes hombres). La llamada historia universal (Polibio fue el primero en asumir esta perspectiva, en la medida que siendo de origen griego se hizo ciudadano romano) lo que le permitió "visualizar"la perspectiva universal del Imperio Romano y lo hizo en función del poder y gobierno de este. Esta historia universal privilegió lo político: La lucha por el poder/la conservación y legado del poder. Conquistas y expansión del poder (Imperium) y la formación del Estado y el Gobierno de los Hombres. En la política, se pretendía expresarlo todo en cuanto proceso histórico. Esta hegemonía teórica de la política se mantiene al seguir identificando los períodos históricos con las dinastías y gobernantes de turno y no ha habido esfuerzo histórico más importante que limitar las guerras y controlar o domesticar el poder,no otra cosa ha sido la Democracia:
Controlar el poder y limitarlo,es fundamental para el Estado Democrático, fundamentado en el predominio absoluto de las Leyes, la responsabilidad absoluta del funcionario (que incluye al presidente que no es más que un funcionario temporal) y toda la burocracia. La no re-elección Constitucional es fundamental en el desarrollo de la República y el Estado Democrático, aunque cada país tiene su tradición y especificidad, la recomendación general es que ninguna persona permanezca en el poder más de una década. En la mitología griega, a usurpadores y asaltantes tiránicos del poder, se les condenaba al Hades (infierno) a un trono en llamas, rodeado de serpientes, para toda la eternidad. Confieso que he imaginado a algunos poderosos en particular, castigados de esta manera y no me ha desagradado.

sábado, 3 de marzo de 2018

El Zulia: Una sociedad entre el anacronismo y la posmodernidad


El Zulia es una región particularizada por la geografía y la historia, con su insularidad lacustre y que se proyecta en una tradición cultural raigalmente provinciana y localista. Su sociedad multiétnica y producto de un fértil mestizaje se manifiesta en un fuerte anacronismo lingüístico que la particulariza, así como en sus múltiples tradiciones religiosas y culturales que la identifican. Paradójicamente, en su devenir histórico, desde la segunda mitad del siglo XIX en la época de la llamada economía cafetalera hasta el siglo XX definido por la explotación petrolera, la región se convirtió en la más progresista y moderna del país, en competencia con la región central y Caracas. Tanto con su élite de origen extranjero como la criolla, la sociedad marabina fue pionera en incorporar muy tempranamente todos los avances de la época: electricidad, teléfono, banca, cine, etc. Producto de esta contradicción, Maracaibo y el Zulia se configura como una sociedad abierta a las innovaciones y novedades que venían del mundo exterior y al mismo tiempo fuertemente aferrada a sus tradiciones.

Igualmente otro fenómeno social que marca la región, motivado por la explotación petrolera es la importante presencia de venezolanos de todo el país: falconianos, trujillanos, margariteños y de otras regiones; que afluían a nuestra tierras atraídos por el dorado petrolero y a ellos se le unieron importantes núcleos de antillanos provenientes de las islas angloparlantes y después de la segunda guerra mundial, al igual que en el resto del país, la llegada de miles de emigrantes, también en busca de su dorado particular en donde destacan italianos, españoles, portugueses, árabes, chinos y de otras latitudes, particularmente Colombia y Latinoamerica. En este mosaico demográfico y social se potencia ese “Mezclaje” que el escritor César Chirinos también identifica en hábitos, costumbres y lenguajes, y que dió como resultado este Zulia bifronte: por un lado profundamente tradicionalista, orgulloso de sus tradiciones y cultor de las mismas, y al mismo tiempo ese zuliano abierto a todas las influencias y experiencias y que en las últimas décadas se agrega la fuerte influencia norteamericana, despectivamente identificada como “mayamerismo”. Esta apertura a la modernidad, que a veces se confunde con novelería y superficialidad ha ido creando esa idea de una posmodernidad propia caracterizada por ese sentido particularista del clan y la tribu que nos define en cualquier contexto fuera de nuestras fronteras regionales.

El zuliano ama lo que es y lo ostenta en el habla y en el volumen de su voz. Siendo raigalmente venezolano nos gusta particularizarnos. Muy lejos de la “zulianidad” como sentimentalismo barato y chabaquenería, altamente manipulado por la política y la publicidad y muy lejos del irreal y artificial “irredentismo independentista”, separados de la patria venezolana. Venancio Pulgar es un nombre que le es ajeno a la mayoría. Mucho más cercano, además de sus símbolos regionales siente al pelotero o gaitero preferido o al personaje local reconocido.

En el Zulia: crisol y mezclaje en términos culturales trascienden la modernidad de la democracia de clase media y el formulismo electoral y se convierte ya en un plano posmoderno en un factor de unidimensionalidad en función de un sincretismo que convierte a la identidad en un factor no sólo de identificación sino de crecimiento y evolución. Lo que vamos siendo es en definitiva lo que nos define y la filosofía dominante del colectivo es una comunidad que se piensa (aunque en la práctica no lo logre) en un proceso de modernidad permanente.

En Maracaibo y en el Zulia se funciona por estructuras familiares, clánicas y tribales, todos nos conocemos, todos estamos relacionados y todo se resuelve por la vía personal, típico de sociedades anacrónicas pero al mismo tiempo nuestras élites profesionales se vanaglorian de su cosmopolitismo y experiencias internacionales. Nuestra Universidad del Zulia (LUZ) ha sido un Ateneo permanente de progreso científico y profesional. Alma Mater de todo el sector universitario de la región y que en algún momento, inclusive, nos permitió declararnos capital científica de Venezuela.

El Zuliano se pretende siempre moderno y a la vanguardia aunque se siente orgulloso de su tradicionalismo. Esta dicotomía o contradicción nos identifica y desafía en la construcción de una posmodernidad y que se define en términos generales como “el resurgimiento de valores arcaicos: particularismo locales, religiosidad, sincretismo, culto del cuerpo, etnicidad, narcisismo de grupo… con una saturación de lo político o más exactamente, su transfiguración.” (La transfiguración de lo Político – Michael Maffesoli).

El Zulia, región fundamental del país, no abandona su vocación de progreso, pero como aldea-global vive permanentemente en tensión y contradicción consigo mismo entre mentalidades arcaicas y premodernas y mentalidades modernas y posmodernas.

domingo, 21 de enero de 2018

23 de enero de 1958


Para mi generación, Pérez Jiménez era el “último dictador” en una historia nacional de tres siglos de monarquía absoluta y 200 años de una República gobernada autoritariamente, siempre y en dictaduras sucesivas que se hacían eternas y que cubrían décadas de oprobio y violencia. La única excepción fue el trienio 1945-48 y la democracia de 1958-1998. Dos siglos en donde el poder fue monopolizado por el “partido militar”.

La Democracia no fue conocida por nuestra sociedad en el siglo XIX (por lo menos en los términos de su desarrollo en la Europa Occidental) y en el siglo XX fue un proyecto político en desarrollo desde los años 30 en adelante, cuando producto del impacto petrolero, la sociedad empieza a cambiar aceleradamente, de rural a urbana y una incipiente industrialización y la respectivas clases medias, lo que posibilitó la aparición de los llamados partidos de masas desde la misma década de los 40, y se consolida, este proceso democrático, en 1947, cuando en el proceso constituyente, y la nueva Constitución, se estableció el voto universal y secreto.

Pero en nuestro país una cosa es la Constitución formal (Constituciones de papel, fueron llamadas por algunos intelectuales) y otra cosa la Constitución real y leyes que en la práctica tendían a hacer prevalecer la tradición arbitraria y abuso sistemático del ordenamiento jurídico. El estado de derecho en Venezuela siempre ha sido más un marco jurídico-político ideal que una realidad asumida y practicada, producto no solo del atraso de nuestra sociedad y la precariedad de nuestra ciudadanía y civilidad, sino la preponderancia de hecho en el poder de la ideología militarista y la casta militar.

Pérez Jiménez lamentablemente no terminó siendo como creíamos, el “último dictador”. En 1998, nuestro atraso y regresionismo histórico nos hizo elegir a un militar, cuyo primer intento de llegar al poder fue por un golpe de estado fallido y una vez accedido a él por la vía electoral nunca ocultó su estilo y mentalidad autoritaria, que seguiría acentuando con el paso de los años hasta llegar a ejercer una hegemonía casi total, sustentada una vez más en la renta petrolera y en el estamento militar.

La crisis venezolana es estructural y de larga duración. A partir de 1983 (viernes negro) empezó a visibilizarse una crisis económica desde una economía estancada y no diversificada. Un estamento político bipartidista, esclerotizado y una sociedad atrapada en sus privilegios y con muy pocas responsabilidades. En el frente político sobrevivía una izquierda, arrinconada por el sistema a quien nunca se le permitió tener ninguna posibilidad electoral y por consiguiente una parte de ella encontró su posibilidad de acceder al gobierno y al poder a través del nuevo caudillo militar, cuyo proceso conspirativo había acompañado desde los orígenes: MRB-200. Lo demás es historia reciente, una profunda y progresiva crisis nacional de estructuras políticas, sociales y económicas, en cuestionamiento casi absoluto y que ponen en entre dicho todo el sistema jurídico-político-institucional y todo el tejido social: empobrecimiento colectivo y emigración masiva incluida, proceso agravado en los últimos 4 años por la abrupta caída de los precios del petróleo y la comprobada incapacidad y corrupción gubernamental. Este 23 de enero de 2018 no solo debe ser la memoria de la penúltima dictadura sino oportunidad para reflexionar sobre nuestros errores como sociedad, nuestras distorsiones como economía y nuestras muchas carencias que permitieron que llegáramos a donde hemos llegado. Pero que esa reflexión no sea de autoflagelación nacional sino oportunidad para que en términos políticos, concretos e inmediatos nos permita aupar un gran movimiento nacional de recuperación democrática y que permita, igualmente, viabilizar la recuperación del país en términos de una sociedad moderna y en donde la democracia termine consolidada sin riesgo de volver a perderse, cada vez que nuestra sociedad se extravía y nuestros gobernantes fallan.

Ángel Lombardi
www.angellombardi.com