lunes, 28 de abril de 2025

FRANCISCO: UN PAPA DE NUESTRO TIEMPO

  


El Papa Francisco, a mi juicio, cierra un ciclo de la historia de la Iglesia, que empezó con Juan XXIII y el Concilio Vaticano II: El "agiornamento" de la Iglesia, que encerrada en si misma, por varios siglos, se puso de espaldas a lo que terminamos llamando la "modernidad", a pesar que en esos siglos, voces católicas proféticas, hacían un gran esfuerzo por entender el mundo moderno y sus avances, contradicciones y limitaciones. Un mundo en movimiento, eurocéntrico, industrialista, cada vez más laicizado, agnóstico, nihilista, en donde inclusive se llegó a proclamar la "muerte de Dios" y el fin de las grandes religiones, en particular la Católica.

Ya en el siglo XIX la Iglesia intentó reaccionar convocando el Concilio Vaticano I, interrumpido por la guerra franco-prusiana, pero también por la confusión interna, sobre el qué-hacer. La primera respuesta institucional a estos desafíos, fue la Encíclica RERUM NOVARUM (de las cosas nuevas) que inaugura un siglo largo de encíclicas y documentos sobre los problemas contemporáneos e inclusive anima a los católicos a asumir el compromiso político, y así es como nacen los partidos políticos cristianos o demócratas cristianos, los curas-obreros, la teología de la liberación, etc. Cada Papa hizo su esfuerzo, el ya citado Juan XXIII, Paulo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, para mi gusto, el de mayor apertura al mundo nuevo del siglo XXI en pleno desarrollo. Quizás su condición de latinoamericano y jesuita y el nombre de Francisco fueron determinantes, en esta visión del mundo nuevo, más abierta, más tolerante, más fraterna, más ecuménica, menos italiana y europea y más cercana a Asia, Indo-Pacifico, África, a la otra América, a lo que se ha terminado llamando el Sur Global Y una cercanía absoluta a los más débiles, indefensos, marginados, etc. No es casual, que en su homilía pascual testamentaria, murió el mismo día, fuera un grito de angustia, frente a las discordias y violencias del mundo y guerras en curso y al mismo tiempo la reafirmación crística, de la esperanza cristiana, que empieza aquí en la tierra, en el aquí y ahora de la gente concreta, en la historia, pero que siempre nos remite al fin de los tiempos, a la resurrección y eternidad, por obra y gracia del Dios-Amor. Pero ese Dios Amor quiere y necesita encarnar en cada uno, en la caridad real, ejercida y practicada, no solamente declarada. Fé sin Caridad no funciona y ambas son necesarias para la Esperanza.


Ángel Lombardi

lunes, 14 de abril de 2025

UN MOVIMIENTO ANTI-DEMOCRATICO GLOBAL

 Cada época es diferente y la historia siempre está en movimiento. Pero no todo en la historia es novedad, hay patrones de conducta que se repiten, aunque las circunstancias cambien, por eso la historia es útil, para aprender de nosotros mismos. El historiador Tucídides, hace dos mil quinientos años lo entendió perfectamente y lo expresó "la historia no se repite, pero el hombre siempre se repite a si mismo" idea refrendada por Cicerón cuanto consideraba a la historia "maestra de la vida"; dicho lo anterior voy al tema de este artículo, la democracia en peligro, la democracia amenazada, desde sí misma y desde el exterior. Algo parecido, insisto no igual, como sucedió en las primeras décadas del siglo 20 con el marxismo bolchevique triunfante en Rusia, se plantea una revolución planetaria anti-democrática, las llamadas "dictaduras del proletariado" que terminaron en gobiernos autocráticos del partido único y líder único. Y que continúan existiendo, China es el modelo más exitoso actual, porque para sobrevivir y no repetir el fracaso de la Unión Soviética, adoptó el capitalismo pero no las ideas liberales e ilustradas que dieron origen a la democracia. En paralelo con las dictaduras comunistas, surgió la alternativa totalitaria contraria, el fascismo en Italia y el nazismo en Alemania, rivales políticos e ideológicos pero identificados como sistemas políticos, autocráticos y totalitarios. Los tres sistemas, imitados en otros muchos países, ferozmente antidemocráticos.

 

En América Latina a las tradicionales dictaduras de caudillos, se unieron estas tres influencias antidemocráticas. Posterior a 1946, derrotado el nazi-fascismo y en 1991 implosionado el fracasado comunismo soviético, se pensó en una primavera democrática global. Hoy esta primavera, se ha convertido en un crudo invierno autoritario que se extiende por el mundo y la principal amenaza, que nadie podía imaginar, emerge en los propios Estados Unidos, país, que desde su fundación pasaba por ser el modelo democrático más exitoso. Hoy, el señor Trump, amenaza con imponer esta perversa tendencia, autoritaria democrática. En lo personal, pienso que no va a tener éxito, la propia sociedad norteamericana de fuerte arraigo democrático y sus instituciones, con dos siglos de vigencia pueden parar a este arrogante autoritario. En las Naciones Unidas están representados casi todos los países, si se analizan sus sistemas políticos, nos damos cuenta que la mayoría están tutelados por sistemas autocráticos, dictatoriales, tiránicos, totalitarios, aunque la mayoría se denominan Repúblicas y democráticas; inclusive con la paradoja de Monarquías más democráticas que algunas Repúblicas.

La democracia no es un simple sistema político, es una cultura, un avance civilizatorio, unas tradiciones y unas instituciones fundamentadas en dos principios absolutos: la libertad y la dignidad de cada persona que tendemos a garantizar sobre principios constitucionales y los llamados derechos humanos universales. Igualmente, la democracia, solo puede ser garantizada por la división real del poder, por el respeto absoluto a la soberanía popular y la libertad para opinar y organizarse para disentir. Las democracias siempre están amenazadas, difícil es establecerlas y fácil es perderlas y los venezolanos sabemos de esto, porqué tardamos dos siglos en lograrlo y en pocos años, perderla.

 

Ángel Lombardi