domingo, 24 de agosto de 2025

De la Etno-Génesis a la Etno-Historia

 La arqueología ha demostrado que el ser humano es de origen africano. Las civilizaciónes, desde 12 mil años A. C., son asiáticas, y el eje geográfico principal norte-sur se ubica en el sureste de la actual Turquía, Irak, Irán, Siria, Palestina, Egipto. Grecia y después Roma son herederos-puente de esta evolución en su desarrollo hacia el oeste. Oriente creó a Occidente. Occidente es un concepto milenario cultural, que se confunde con el dominio europeo y de Estados Unidos en los últimos 500 años.

Ya en el siglo XXI en curso, la historia protagónica, por su demografía, cultura y desarrollo, está regresando a Asia-Indo-Pacífico y, de alguna manera, en el largo plazo, a África, en un mundo cada vez más integrado y globalizado. Cambiar de paradigmas teóricos, de acuerdo a la evolución del conocimiento científico, no es fácil. Nuestras ideas se vuelven obsoletas y se mineralizan. Peor todavía, convertidas en creencias e ideologías de verdades únicas. Se hace imperativo "desaprender" si queremos intentar "comprender" una realidad y un mundo en permanente cambio y cada vez más acelerado.

Contra ello conspira la analfabética ignorancia, así como la "docta ignorancia". La segunda es peor que la primera. El que no sabe, calla y sabe que puede aprender. El que cree saber, se autoengaña y trata de imponerse, y cambiar no está en su agenda.

Europa perdió su primacía en el siglo XX. Está en un proceso demográfico regresivo y, geopolíticamente, conserva cierta importancia cultural y económica. En casi todo lo demás, es un apéndice de Estados Unidos. Este es una potencia dominante, y puede seguir siéndolo por algunas décadas más, pero su crisis interna, de identidad y sistémica, es regresiva.

En este subcontinente, de México a la Patagonia, en general seguimos en el limbo de nuestras confusiones, contradicciones y atrasos. Nuestras estructuras sociales no terminan de modernizarse. En nuestras mentalidades, sigue prevaleciendo el pensamiento mágico. Y nuestros sistemas económicos y políticos oscilan entre el anacronismo y la modernización, muy contaminados de usos y costumbres premodernas y fuertemente ideologizados.

Siguen vigentes las palabras de Simón Rodríguez: “Cambiamos o parecemos.”

 

Ángel Lombardi

Etno-génesis: Identidad y Orígenes de Pueblos y Naciones

 Toda comunidad humana tiene un origen y una historia: una mezcla aleatoria de mitos, leyendas e historia. Mientras más lejano el origen, más mitológico. Después vienen las narraciones épicas, una confusión permanente entre leyendas y hechos, cuyo núcleo gira en torno a la idea etnocéntrica de ser un pueblo especial, elegido, particularmente virtuoso, destinado a la grandeza.

Sobran los ejemplos. Basta revisar la historia de cada nación: cada una se cree especial.

De hecho, este destino —predestinado y manifiesto— está en la base de todas las historias patrias, ideología del consenso y de la autoestima nacional. Lo llamamos nacional(ismo) y, en su exageración fanática, patrioter(ismo).

En la historia escolar, esta es la tendencia historiográfica dominante. Más que educar, ideologizamos. La historiografía crítica existe, y ayuda a entender y entendernos como comunidad y como parte de una comunidad mayor: la aldea-mundo como humanidad, una y diversa, pero todavía no asumida plenamente.

El particularismo prevalece, con su carga de xenofobia, racismo, intolerancia y fanatismo. En todas las sociedades, aunque en grado diverso.

El Estado-nacional sigue dominando nuestro imaginario histórico y nuestras conductas colectivas. Basta una mirada al mundo presente:

  • Estados Unidos, hecho de emigrantes, persiguiendo emigrantes.
  • Europa, que llenó el mundo de emigrantes, rechazando emigrantes.
  • En África, el odio tribal sigue vivo.
  • En Asia, China aísla a los uigures porque son de origen turcomano.
  • En Japón, se evitan las mezclas raciales.

Todos los países de Asia que terminan en -stán —Pakistán, Afganistán y otros menos conocidos— comparten una raíz común: stan significa “gente de aquí”.

Casi 60 lenguas y cerca de tres mil dialectos siguen particularizando a la humanidad. Es una importante herencia cultural que debemos respetar y mantener. Pero también hay que conciliarla con un mundo cada vez más interconectado y con problemáticas compartidas, como por ejemplo: Los riesgos ambientales y el cambio climático. La integración e interconexión creciente de la economía. La inteligencia artificial y la revolución tecnológica que nos hacen “globales”. Las desigualdades, las complejidades crecientes de la geopolítica, las guerras, la amenaza nuclear y la necesaria paz.

Ángel Lombardi

lunes, 28 de julio de 2025

MONARCAS SIN CORONA

Para un buen lector de la historia, la conducta humana siempre se repite. Cambian las épocas, las circunstancias, los personajes, pero las motivaciones del deseo, la ambición, la codicia y la vanagloria siempre están presentes.

Como ejemplo de lo dicho, tenemos a Julio César, quien intentó un golpe de Estado para imponer su poder personal vitalicio en la república senatorial de la cual él formaba parte. Igual Napoleón Bonaparte, hijo de la Revolución Francesa y de la Primera República Francesa, pero que terminó creando su propio imperio y se coronó emperador.

Y nuestro Libertador, Simón Bolívar, hijo de la república independiente y su principal protagonista. Ganada la guerra y creada la República de Colombia —que posteriormente los historiadores llamaron la Gran Colombia— terminó proponiendo para la recién creada República de Bolivia un presidente vitalicio.

Más allá de las diferencias, que las hay, el propósito final de los tres era el poder vitalicio. Caro les costó tal propósito: a Julio César, la vida; y a Napoleón y Bolívar, el exilio.

Estudiando estos tres casos y otros parecidos, estudiosos de la política y la historia —el propio Marx incluido— acuñaron las palabras "cesarismo" y "bonapartismo" para referirse al golpe de Estado que impone un nuevo régimen de tipo autocrático, sustentado fundamentalmente en el poder militar.

En los tres casos, fueron producto de épocas de guerras y de profundas discordias y guerras civiles. César contra Pompeyo, antiguos aliados políticos. Napoleón y la gente de la revolución, antiguos aliados. Bolívar, confrontado por antiguos aliados y subordinados: Santander en Bogotá, Flores en Ecuador, Páez en Venezuela. Plutarco diría: “Vidas paralelas”.

Y los ejemplos de casos parecidos se multiplican en la historia. El golpe de Estado como fenómeno recurrente en las repúblicas.

Para ceñirme a la actualidad: Estados Unidos, Rusia y China son tres poderosas repúblicas constitucionales, bastante diferentes entre ellas, pero en las tres, de diferentes maneras, se trata de crear un poder autocrático. Putin y Xi Jinping cambiaron la constitución para lograr su autocracia vitalicia; y Trump intenta por todos los medios reforzar el poder presidencial. Casos diferentes, pero parecidos en sus intentos personales de poder.

El resto del mundo, incluida nuestra llamada América Latina —todas repúblicas democráticas formalmente— pero con algunos presidentes que se empeñan en quedarse. Y el principal sostén para este propósito son las fuerzas armadas.

La tentación autoritaria y totalitaria siempre está presente en la historia, entre los ambiciosos y grupos de poder. En períodos anteriores era casi normal el cesarismo y el bonapartismo, dado que la democracia era una idea antigua, pero llevada a la práctica solo en los últimos 200 años.

Pero en pleno desarrollo del siglo XXI, con experiencias democráticas exitosas en todo el mundo, que el golpe de Estado siga estando presente y con abundante frecuencia para cambiar de régimen o para resolver profundas crisis nacionales, habla muy mal de la cultura democrática de la humanidad.


Ángel Lombardi

SE CIERRA OTRO CICLO POLÍTICO ELECTORAL

Comenzó con las primarias opositoras del 2023, de donde emergió el importante liderazgo de MCM y una gran unidad opositora, que llevó al importante triunfo electoral presidencial en el 2024 de Edmundo González (70 a 30). Desconocido este resultado, y convocadas las elecciones del 2025, vino la debacle electoral de mayo y julio de este año 2025. De alguna manera predecible, la fuerte represión, ruptura de la unidad y la desmotivación general, y el liderazgo mayoritario llamando a no participar, crearon un vacío político-electoral, con una participación menor al 15 %, lo que permitió al régimen, siendo minoría, "ganar" todo: parlamento, gobernaciones, alcaldías. De aquí en adelante, la incertidumbre se multiplica: la "oposición" fragmentada y con desconfianza absoluta entre sus dirigentes. MCM en resguardo y su equipo fuertemente golpeado: presos, en el exilio, etc. Con un mensaje confrontacional y unas expectativas que, de no cumplirse en el tiempo, irán socavando su credibilidad y liderazgo. En los demás aspectos, el país sigue en la precariedad de un sistema político, hegemónico y no democrático, y una situación económica y social totalmente adversa para la mayoría. En lo personal, seguiré insistiendo, como "opinante", en la necesidad y conveniencia de "salidas" democráticas, que implican necesariamente negociaciones. Las "salidas de fuerza" forman parte de nuestra genética histórica, pero sus secuelas tienden a ser traumáticas. Pasar a depender de los poderes reales, internos y externos, no es la vía más aconsejable, aunque sea una persistente realidad. Insistir en la vía democrática es la más difícil, pero es la única que nos permitiría avanzar como sociedad, asumiendo que estamos en el siglo XXI y dejar atrás definitivamente el siglo XIX, lleno de discordias civiles y violencia, y el siglo XX, de las dictaduras.

 

Ángel Lombardi