El 25 de julio de
1999, con la aplastante victoria chavista en la Constituyente culmina el
proceso de la toma del poder por parte de Chávez, iniciado en el ya lejano 4 de
febrero de 1992.
El camino al poder de Chávez está escrito
en los manuales de la teoría política y de las técnicas del golpe de estado.
Primero fue la conspiración en los cuarteles de la logia de oficiales. El
frustrado golpe del 4 de febrero, y posteriormente la cárcel y después la
candidatura exitosa en un escenario de confusión y debilidad de la élite
gobernante, hasta el triunfo electoral de diciembre de 1998. El poder siempre
tiene nombre y apellido aunque quienes lo ejercen realmente y se benefician de
él sean otros, casi siempre, anónimos.
Entramos en la segunda fase del
proceso, también de acuerdo al manual: como conservar el poder, que en términos
modernos significa simplemente gobernar, es decir, como satisfacer necesidades
y expectativas de la gente que en el caso de la población venezolana son muchas,
dados los indicadores de pobreza existente y por tratarse de Chávez las
expectativas son extremadamente altas, ya que contradiciendo a Maquiavelo las
ha alimentado hasta lo imposible. El escritor florentino prudentemente advertía
al gobernante que no prometiera demasiado, porqué haciendo bastante, siempre
iba a parecer poco, en cambio, prometiendo poco haciendo algo iba a dar la
impresión de haber hecho mucho. Chávez estudia el Oráculo del Guerrero y
desestima la lectura de El Príncipe. Hay gobernantes que han pagado muy caro
esta omisión. Desde el Siglo XXVIII los pueblos exigen a sus gobernantes que
les allanen el camino hacia la “felicidad” pública y privada. Hoy hablamos de
progreso y desarrollo pero en el fondo es lo mismo.
El reto del Presidente y su Gobierno es
la recesión y el empobrecimiento colectivo, con su secuela de inflación,
desempleo y desesperanza, si no empieza a revertir esta situación en el próximo
año, sus problemas y los nuestros no van a ser pequeños. Nadie quiere el
fracaso de un gobierno, pero lamentablemente sabemos que la mayoría de los
gobiernos terminan fracasando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario