sábado, 20 de mayo de 2006

La Fuerza Armada y el proceso electoral

El candidato unitario de la oposición Manuel Rosales ha expresado, con pleno derecho, su deseo de reunirse con el Alto mando militar y con mucha más razón, desde el momento que el actual Presidente y candidato reeleccionista, haya dicho de manera pública, imprudente e inconveniente que no sólo Petróleos de Venezuela sino también la Fuerza Armada es "roja, rojita", imitando y apoyando la aventurera y anticonstitucional afirmación del tristemente célebre ministro de Energía y Minas, cuyo video, oportunamente publicitado, pudiera llegar a convertirse y a jugar el mismo papel que cumplió en el Perú el famoso "video de Montesinos".
El Alto mando y el general Baduel al frente, están obligados moral, legal y constitucionalmente a atender la petición de entrevista del candidato de oposición y con ello no sólo negar de manera absoluta lo de "la Fuerza Armada roja, rojita" sino de reafirmar la institucionalidad de la Fuerza Armada, su subordinación constitucional y su condición de garante de la transparencia electoral y respeto a la voluntad popular. De no hacerlo estarían, de manera tácita y elocuente, aceptando el triste papel de guardia pretoriana del aspirante a dictador y no solamente ello, sino además estarían asumiendo el proyecto totalitario en curso y así dejarían de ser los soldados de la patria para convertirse en el ejército del régimen y custodios armados del mismo.
Si en algo habíamos avanzado en Venezuela en el desarrollo de nuestro proyecto democrático y civilizatorio era en la profesionalización e institucionalización de las Fuerzas Armadas, subordinada a la Constitución, a las leyes y al poder civil legalmente constituido. Chávez nos quiere retrotraer al pasado y ello es inaceptable; nos quiere regresar al ejército del caudillo, al ejército de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, un ejército personal, servil y represor. Afortunadamente estamos en el siglo XXI y ello no se puede permitir y confío en que no va a ocurrir.
La Fuerza Armada tiene una clara misión que la Constitución le asigna y ella es estar al servicio de todo el país y no de una parcialidad. Es una institución de Estado y para ello trasciende cualquier gobierno, que por definición son temporales e intercambiables. Si algún color tiene es el de la Bandera nacional, que simboliza a todos los venezolanos, sin ningún tipo de excepción ni exclusión. No conozco al general Baduel personalmente, pero quisiera pensar, por algunas declaraciones leídas del mismo, que es un verdadero oficial de la República y no un servil comandante del amo de turno.

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