Se es culpable simplemente por no haberse inscrito en el partido. Como en los regímenes comunistas, sólo eran y son ciudadanos, los miembros del partido.
El poder opresivo se manifiesta bajo el pretexto de hacer cumplir la ley y para ello todos los poderes e instituciones son útiles: Fiscalía, Seniat, Indecu, Protección del menor, Protección del consumidor, Defensor del pueblo, etc.…
Así se cumple el “milagro” de las dictaduras, en nombre de la ley se niega la ley, ya que la única ley que vale es la ley del Yo, el supremo o el golpe de Estado reiterado y permanente, es decir la negación del estado de derecho.
Mientras el “petrócrata” pueda, así será, pero no será para siempre y es que los pueblos no toleran “pensamiento único” ni “partido único”, como si una sociedad aceptara suicidarse en silencio, evidentemente nuestro pueblo ni es suicida, ni necrofílico, ni cree en el culto a la muerte.
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