Título sugestivo de una novela que no he leído pero que según su autor, responde a una experiencia personal al abandonar el país después del Caracazo, hecho que le marcó profundamente.
Su testimonio, es uno más de tantos venezolanos que frente a la crisis en curso desde los años 80’ , decidieron exiliarse.
No pretendemos juzgar personas ni conductas individuales, cada caso es cada caso, pero como fenómeno sociológico el éxodo masivo de venezolanos hacia el exterior, en especial jóvenes profesionales, nos obliga a la reflexión. Desde el “viernes negro” de 1983 Venezuela no ha conocido palabra más recurrente que la palabra “crisis” pero entendida no como oportunidad sino como amenaza. La “crisis” ha sido un tiempo de irresponsabilidad colectiva y expresión de fuertes limitaciones de nuestra dirigencia.
Como dice el autor de la novela, fue un tiempo desquiciado en donde las “misses” querían ser presidentes; los revolucionarios se hicieron neo-liberales y los militares se creyeron revolucionarios. El triste resultado es esta Venezuela enferma de nuestros días; con su mesianismo militarista y un proyecto autocrático de poder.
No hemos tenido suerte con nuestros dos Presidentes que nos gobernaron durante el “boom” petrolero de los 70’ del siglo pasado y el actual. Qué parecidos Carlos Andrés Pérez y Hugo Chávez Frías; en sus personalidades y ejecutorias. Ambos administraron la “abundancia con criterio de escasez” o mejor falta de sentido común. Se endeudaron, despilfarraron recursos y perdieron oportunidades, además de la corrupción galopante.
La historia no se repite, pero qué parecidas ambas épocas y ambos presidentes.
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