Este libro del filósofo griego, conjuntamente con la política de Aristóteles inauguran formalmente en la cultura occidental la reflexión sobre la actividad política y el poder.
Platón concebía su República, eficientemente racional y su gobierno en todo estaba gobernado por la razón, de allí su exigencia de que sólo los sabios tenían derecho a gobernar. La realidad de la política y el poder ha sido casi siempre lo contrario: los intereses particulares, lo irracional y la locura ha sido frecuente en el ejercicio del poder y la política, ambiciosos y codiciosos la han dominado frecuentemente.
Platón también desconfiaba de los poetas y de la poesía como inconvenientes y peligrosos para la República por lo que tiene que ver con lo emocional y con lo irracional; aunque a nuestro juicio una República también necesita soñadores aunque nunca como gobernantes. En nuestra real y particular República la política y el poder ha estado frecuentemente contaminada de locura e irracionalidad y para colmo de males hasta malos poetas se han colado a todos los niveles del Estado.
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