lunes, 24 de julio de 2006

Estalla el mundo

En la dura realidad de la historia el anhelo de paz tiende a convertirse en un sueño romántico o una utopía renacentista.
Otra vez la guerra nos amenaza desde ese minúsculo territorio israelí- palestino; conflicto de larga duración cuya solución racional sería fácil y sencillo a partir del reconocimiento mutuo y el respeto y la colaboración de dos pueblos más cercanos de lo que las apariencias indican.
Israel debe permitir y reconocer un Estado Palestino y los palestinos y los países árabes e islámicos en general reconocer el derecho a existir del Estado de Israel.
Si el conflicto del Medio Oriente no se canaliza de manera adecuada, la tercera guerra mundial deja de ser una profecía aterradora y se convierte en posibilidad real.
Más allá del frente libanés y palestino en este conflicto hay otros intereses fundamentalistas presentes como la geo-política anti israelí del gobierno sirio y del gobierno iraní, cuyo máximo representante ha llegado a negar el holocausto judío en la II guerra mundial y a proclamar la decisión de expulsar a los hebreos de su actual territorio y para ello se quieren convertir en potencia nuclear. La humanidad esto no lo puede ni compartir ni permitir. El hecho que existan países con capacidad nuclear (Estados Unidos, Rusia, China, Inglaterra, Francia, India, Pakistán, Corea del Norte y presuntamente Israel) no es argumento para seguir aumentando este perverso club de la muerte y mucho menos con el argumento del derecho soberano de cada país. En el mundo actual, afortunadamente, el tema de la paz, el desarrollo y el ambiente, dejan de ser temas nacionales y se convierten en asuntos de interés e importancia para toda la humanidad, la apuesta colectiva tiene que ser con la vida y no con la muerte, toda guerra es injusta por definición y esta de Medio Oriente es absolutamente injusta e inconveniente para los intereses de la humanidad.

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