El poder siempre tiene nombre y apellido. En Venezuela en algún momento se ha llegado a pensar que lo ejerce un anciano enfermo de 84 años, desde la Habana, a través de otro hombre enfermo de 56 años, presidente de Venezuela y cuya enfermedad ha desatado una ola de especulaciones desde los que piensan en una gravedad o en una simulación aprovechada políticamente.
En la era de las comunicaciones, las imágenes y fotografías son excelentes medios para entender y analizar situaciones políticas complejas y dinámicas. En la alocución presidencial del 30 de junio desde la Habana, en donde el presidente anuncia su propia enfermedad, llama la atención el hecho de ser un mensaje leído por una persona delgada y sin la omnipotencia y arrogancia de otros tiempos (algunos maliciosos han llegado a pensar en un doble) para lograr el efecto del regreso triunfal en la madrugada del 4 de julio y su aparición pública el 5 de julio como una especie de “resurrección” milagrosa para potenciar la imagen del héroe invencible que como Bolívar en su momento llegó a retar a la propia naturaleza con su conocida frase: “si la naturaleza se opone...”.
En la coyuntura, los hombres y mujeres del presidente empiezan a manifestarse, satelizados con respecto al héroe. El primer círculo, reunido en Cuba con él son los hombres del presidente, los incondicionales: El general Silva Rangel, Adam Chávez, Nicolás Maduro y Elías Jaua. En Caracas se “retratan” los segundones y los infaltables otros poderes que se identifican como sus poderes y juran lealtad eterna al gran líder.
La salud de Hugo Chávez Frías es algo personal y privado y merece el respeto y el apoyo de sus familiares y allegados, para Venezuela sin distingo de ningún tipo es un asunto político y de Estado y por consiguiente no puede tolerarse que el poder se ejerza fuera de la Constitución, es decir, desde un país extranjero y sin el reporte médico oficial que establezca la verdad de la situación de la salud del presidente, ya que ésta también es un asunto político y público y tiene que ser asumido con la responsabilidad del caso, de no hacerse así se estaría configurando un vacío de poder inconveniente desde todo punto de vista. Quizá esta percepción de la situación fue lo que obligó al presidente a regresar intempestivamente al país y también por el hecho cierto de que los movimientos más preocupantes de orden político venían dándose en el propio chavismo por aquello de la sucesión y la herencia política.
sábado, 16 de julio de 2011
Las estructuras de poder
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