miércoles, 3 de julio de 2013

Memoria Cívil Vs. Memoria Militar


Se ha publicitado en la prensa local que el Paseo Ciencias se llamará Paseo Los Libertadores. No entendemos el cambio de denominación ni su necesidad. En la memoria urbana el Paseo Ciencias después de la destrucción del Saladillo quedaba como un referente importante de la memoria colectiva como un homenaje de la ciudad a sus instituciones educativas emblemáticas como es el caso del Colegio Federal de Varones y la Universidad del Zulia, que en 1891 abre sus puertas precisamente en esa calle. Recuperar el Paseo Ciencias y otros espacios de valor histórico y cultural es encomiable y necesario y allí nuestro apoyo a la gestión pública que lo hace posible. Recuperar el casco central integralmente es una deuda que arrastramos los ciudadanos y los gobernantes de esta ciudad. Tampoco cuestionamos la multiplicación de símbolos que se han ido acumulando en estos espacios como por ejemplo la incorporación del Monumento a La Chinita, símbolo por excelencia de la herencia católica y mariana de la ciudad. En el proyecto publicitado de remodelación del Paseo Ciencias se habla de incorporar al maestro Simón Rodríguez, a Ana María Campos, Guaicaipuro, José Leonardo Chirino y Ezequiel Zamora, como toda decisión es polémica y en mi caso no entiendo el intercalar figuras de nuestra épica civil con figuras de nuestra épica militar, pero quizás es el “mezclaje” y sincretismo típico de nuestra cultura y ciudad. El cambio de nombre no lo veo necesario a menos que se piense que 500 años de historia y 200 años de vida republicana se agoten esencialmente en la épica emancipadora y que en nuestra memoria y conciencia colectiva se siga privilegiando el elemento militar como el núcleo fundamental de identificación de nuestra nacionalidad, criterio que evidentemente no compartimos ya que una nación es fundamentalmente una cultura, es decir, una lengua, una conciencia y unas tradiciones en donde el protagonista siempre es la comunidad y cuando ésta se individualiza es mucho más importante darle valor a los aspectos morales, educativos, científicos y culturales. Entendemos y respetamos la profesión militar así como la importancia de la institución armada, pero no es conveniente para la conciencia nacional que se le privilegie de manera excesiva y que el resto del ser social aparezca como secundario y subordinado. El propio Bolívar tenía plena conciencia de ello, de allí su famosa y repetida frase de Moral y luces.
Con la destrucción innecesaria del Saladillo, la ciudad fue sacudida en su alma, creo que no debemos repetir el error de seguir maltratando nuestra memoria y conciencia colectiva.

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