sábado, 14 de junio de 2014

Re-inventar la política


Aunque creamos lo contrario la realidad nunca es conservadora y los políticos y la política no terminan de entenderlo. La realidad del mundo se mueve hacia adelante. Sociedad, ciencia, cultura se van configurando en la dinámica de la nueva sociedad del conocimiento mientras que en la política seguimos anclados en el anacronismo de izquierdas y derechas, una manera cómoda de evadirse hacia un pasado mítico que nunca existió o un futuro irreal que tampoco existe. Se vive de ilusiones, escapismo y evasiones que terminan en un discurso vacío que ni convencen ni movilizan. De allí la necesidad de re-inventar la política desde el ciudadano real y la sociedad real y no desde las diversas marginalidades que la propia sociedad genera y mucho menos desde la “fotografía” de las encuestas, normalmente sesgadas y manipulables, sin menoscabo de reconocer su utilidad y niveles de objetividad necesarios para el análisis. En política el problema de fondo no es el poder, sino a que valores responde y sirve el poder y a quien sirve el poder en este sentido desde 1948 y mucho más en este siglo XXI, la doctrina esencial del poder y el gobierno es el respeto absoluto a los Derechos Humanos. Igualmente el gobierno deja de ser un asunto solamente técnico y debe asumirse también en la perspectiva de la ética. Estado y gobierno no son entelequias jurídicas y mucho menos estructuras vacías sino instituciones formadas por personas concretas al servicio de los seres humanos.
La política ya no solo es sobre ideales e imaginarios sino discurso y acción sobre lo “real en transformación” y eso obliga a asumir la política como “actividad inteligente” que discuta sin dogmas, sin pre-juicios y sin ideas pre concebidas, de no ser así la política termina aburrida, repetitiva y sin interés para la mayoría. La política para que sea interesante y útil, tiene que entenderse y asumirse como una actividad pensante y no reducirse a un simple activismo electoral o a una organización burocratizada de funcionarios del partido, que en algún momento aspiran convertirse en funcionarios del gobierno.
La política debe generar permanentemente respuestas inteligentes y creativas frente a la realidad- real en permanente proceso de exigencia y cambios y en contextos de complejidad e incertidumbre crecientes.
La realidad no es de derechas ni de izquierdas.

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