martes, 17 de noviembre de 2020

El SISTEMA POLÍTICO NORTEAMERICANO

 


 

Como todo sistema, imperfecto, igual que la Democracia, pero perfectible, si se asume desde los intereses de la sociedad y su interés o Bien-Común. Los norteamericanos lo han hecho, vía Enmienda Constitucional o decisiones del Tribunal Supremo o del propio Congreso. En el Sistema Norteamericano ha funcionado de verdad la separación de Poderes y la primacía Constitucional, aunque en ciertas presidencias, como la actual, ha existido la "tentación imperial y la arrogancia del poder".
Otro aspecto relevante, al existir partidos políticos, sin afiliación formal y la libertad de consciencia de Senadores y Representantes, se ha mantenido en la población la idea de la representación directa del pueblo en todos los procesos electorales, tal como lo pensaba Rousseau, la soberanía popular es indelegable, a menos que, mediante el voto libre, cada ciudadano decide quién lo va a representar en cada ocasión. De allí que al candidato presidente no lo elige la CONVENCIÓN partidista sino en primarias que la Convención ratifica. Igual el programa político-electoral, algo básicamente tecno-político pero que el presidente electo puede manejar con flexibilidad de acuerdo al principio de realidad más que a un amarre ideológico.
El voto popular y el voto de los delegados por estado se estableció para evitar que un demagogo-populista se "cuele"; inclusive si en un estado un candidato gana el voto popular, los delegados pueden votar diferente, existe un precedente y fue dictaminado por el propio Congreso, como permitido.
Igual sacar más votos populares y perder la elección, vía "delegados. Pasó con Gore/Bush; con Hilary y Trump y su antecedente más antiguo se remonta a 1876.
El SISTEMA les ha funcionado porque ha funcionado el EQUILIBRIO y eventualmente, en temas importantes de ESTADO y particularmente en Política Exterior, el acuerdo bi-partidista y el acuerdo Ejecutivo y Legislativo, Presidencia y Congreso. Y esto es precisamente unas de las dificultades de Trump, no busca el "equilibrio" y no guarda las "formas democráticas". Pareciera disfrutar, cultivando enemigos, la peor manera para hacer política. Igualmente su intemperancia, que lo hace imprevisible, así como su discurso polarizador.

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