lunes, 28 de septiembre de 1998

UNA FACULTAD PARA LA CIENCIA



En otro aniversario, la califiqué como una Facultad, adulta y no es poca esta responsabilidad de ser adulto, nos toca ser responsables, productivos y útiles, en otras palabras a la Facultad de Ciencias le toca ser productiva y útil y creo que lo es.



            Su historia de 25 años no ha sido fácil, fue creada en un momento de crecimiento  aluvional y crisis matricular, nace masificada y confundida en dos identidades escindidas:  los Estudios Generales y las Ciencias Básicas Sectoriales; lo urgente y lo importante superpuesto y confundido.  Esta doble identidad ha sido su contradicción fundamental, que el tiempo ha ido decantando y que hoy, afortunadamente, no hay duda, sigue administrando los Estudios Generales verticalizados pero su deber fundamental y vocación se ha ido consolidando en torno a la ciencia, como debe ser.



            La Facultad Experimental de Ciencias se nos presenta como una Facultad en franco crecimiento académico y así lo evidencian algunos indicadores cualitativos como sus licenciaturas, de prestigio creciente.  Sus maestrías en Microbiología, Antropología, Planificación y Gerencia en Ciencia y Tecnología, Ecología, Química y sus Doctorados en proceso de planificación e implementación.  Lo más importante es el profesorado, empeñado en ser cada días mejor y así lo evidencia sus 45 PPI (Programa de Promoción del Investigador) 5 en Ciencias Humanas, 21 en Química, 10 en Biología, 1 en Matemática, 6 en Física.  Mucha es la demagogia que se ha hecho en nuestras Universidades populistas sobre la pertinencia social de nuestras instituciones.  Efectivamente, las Universidades se deben al país y a la sociedad, pero el único camino efectivo, es cumpliendo nuestro rol científico.  Graduar profesionales es importante, pero no es suficiente; fijar posición frente a los problemas del país es necesario, pero no se agota allí nuestra responsabilidad, hay que producir ciencia, así de sencillo.



            No hay progreso ni felicidad de los pueblos  sino sobre el desarrollo tecno/científico y la capacitación permanente de la gente; lo demás es ilusión tercermundista.  Nuestras Universidades enfrentan el reto de la eficiencia y la meritocracia y ser referencia en el mundo.  La Facultad Experimental de Ciencia creo que lo ha  ido entendiendo progresivamente y así lo ha asumido.  La Facultad ha transitado  un camino, largo ya de un cuarto de siglo, y está asumiendo el reto del siglo XXI.  Es una historia de crisis y conflicto permanentes pero igualmente de esfuerzos y trabajo creador, como es la historia de los seres humanos, llena de contradicciones y limitaciones internas y externas; pero a pesar de todo se avanza, en una dialéctica de historia y utopía, que solamente los cansados y escépticos, niegan.



            En este aniversario mi homenaje a toda la comunidad de la Facultad, a los héroes de la cotidianidad, donde se labra el tiempo y el futuro y a sus dirigentes, encarnados en sus Decanos, y en particular al Decano fundador Alfonso Añez Maya, que le correspondió el honor de la fundación y los sinsabores de la época más difícil y dura que le ha tocado a la Facultad Experimental de Ciencias.



            Hoy, a los 25 años, la apuesta es por el futuro y el compromiso permanente con una Universidad y un país en crisis estructural y urgidas de cambios fundamentales en todas las órdenes sin renegar de una herencia y una tradición menguada pero presente y real y sin la cual no podríamos avanzar.  Es característica de la raza humana, avanzar sobre sus limitaciones.




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