lunes, 8 de enero de 2007

Los huérfanos del Estado


El país no va nada bien, todo luce descolocado y desorientado; tengo la impresión de que vamos en retroceso; el discurso oficial me parece anacrónico, igual que actitudes y conductas. La anomia y la anarquía nos amenazan; la precariedad del empobrecimiento generalizados así como la creciente inseguridad y el miedo paralizante; a veces pienso en una pesadilla, pero al mismo tiempo ello me alienta, porque sé que en cualquier momento despertaremos a la claridad del día: Ortega y Gassett hablaba de una España invertebrada para referirse a una etapa difícil y oscura de su patria, en Venezuela llevamos varias décadas de oscuridad y desorientación.
El Presidente a veces tiene frases afortunadas, dicen que dijo en una oportunidad ''de aquí a un año hay un siglo'', expresión profunda y densamente histórica, y tiene que ver con los acontecimientos históricos, cuando todo va mal o cuando aparentemente no pasa nada y nada cambia; un hecho, normalmente secundario, termina por desencadenar acontecimientos que terminan cambiándolo todo; Venezuela está preñada de futuro y esa es nuestra esperanza; el país no tiene vocación suicida y nuestra sociedad no ha olvidado que está en el siglo XXI y de eso se trata, reasumirnos en la modernidad y en la postmodernidad, dejar atrás definitivamente a los gamonales y a los caudillos; al subdesarrollo y al atraso; al populismo y a la corrupción, a la concepción autoritaria y militar del Estado y la sociedad; en fin que dejemos de ser los huérfanos del Estado y que asumamos de una vez por todas nuestra condición indeclinable de sujetos de nuestra propia historia, desde la civilidad, la civilización y la solidaridad. No repitamos los errores del siglo XX y mucho menos permitir que nos retrotraigan al siglo XIX; el que lo intente está condenado al fracaso simplemente por anacrónico.

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