Manuel Caballero, en un artículo oportuno y pertinente titulado “La era del oscurantismo” (El Universal 17-01-2010) desarrolla la idea del atraso y la tragedia que ha propiciado este gobierno. Su líder se ha proclamado “marxista” en plena crisis eléctrica con sus apagones programados, sin haberse enterado que en la revolución bolchevique, liderizada por Lenin e inspirándose en Marx, la consigna era “Marxismo más electricidad” para significar que la revolución para ser efectiva tenía que cambiar las bases materiales de la sociedad y desarrollar una economía industrial moderna como requisito indispensable para implantar el marxismo. Para Marx, la revolución era distribución de la abundancia y no como está ocurriendo en este proceso que lo que está es destruyendo la producción y distribuyendo la miseria.
El líder socialista español Felipe González decía muy acertadamente que el socialismo es un sentimiento y una visión noble pero que el gobierno no es otra cosa que la gerencia y la administración eficiente para garantizar la solución práctica de los problemas y las necesidades de la gente. La inseguridad, el alto costo de la vida, la falta de trabajo y vivienda, el deterioro general en los servicios y particularmente en los últimos tiempos el de la electricidad no se resuelven ni con retórica ni con ideología. Las necesidades y los problemas de la gente no son de izquierda ni de derecha, de allí que en la sociedad moderna lo que hay son buenos o malos gobiernos. Gobernantes competentes o incompetentes, honestos o deshonestos. En consecuencia, después de 11 años de confrontación estéril e ignorancia atrevida lo que tenemos es un retroceso evidente y un alejamiento progresivo de las espectativas de progreso que en algún momento tenían la mayoría del pueblo venezolano.
La historia es fundamentalmente hacia adelante, pero en ciertas circunstancias, una sociedad enferma o anómica puede eventualmente apoyar un proyecto político anacrónico y reaccionario, hasta que la realidad los haga despertar como aparentemente pareciera estar ocurriendo en nuestro país. No tengo la menor duda que con el paso del tiempo y en la mirada retrospectiva del historiador, la idea que tenderá a prevalecer para identificar estos últimos años es el de una época de oscurantismo.
El líder socialista español Felipe González decía muy acertadamente que el socialismo es un sentimiento y una visión noble pero que el gobierno no es otra cosa que la gerencia y la administración eficiente para garantizar la solución práctica de los problemas y las necesidades de la gente. La inseguridad, el alto costo de la vida, la falta de trabajo y vivienda, el deterioro general en los servicios y particularmente en los últimos tiempos el de la electricidad no se resuelven ni con retórica ni con ideología. Las necesidades y los problemas de la gente no son de izquierda ni de derecha, de allí que en la sociedad moderna lo que hay son buenos o malos gobiernos. Gobernantes competentes o incompetentes, honestos o deshonestos. En consecuencia, después de 11 años de confrontación estéril e ignorancia atrevida lo que tenemos es un retroceso evidente y un alejamiento progresivo de las espectativas de progreso que en algún momento tenían la mayoría del pueblo venezolano.
La historia es fundamentalmente hacia adelante, pero en ciertas circunstancias, una sociedad enferma o anómica puede eventualmente apoyar un proyecto político anacrónico y reaccionario, hasta que la realidad los haga despertar como aparentemente pareciera estar ocurriendo en nuestro país. No tengo la menor duda que con el paso del tiempo y en la mirada retrospectiva del historiador, la idea que tenderá a prevalecer para identificar estos últimos años es el de una época de oscurantismo.
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