Viendo la película de Ridley Scott, Robin Hood, me convencí más que nunca que el relato histórico creado por la historiografía y en menor medida por la literatura queda totalmente desplazado por la poderosa versión cinematográfica de la Historia, cuyos recursos audiovisuales y efectos especiales son insuperables y de suma eficacia.
En la conciencia colectiva la pobre Historia escolar, aburrida y repetitiva, queda arrinconada en la memoria ingenua de la niñez y en la Historia oficial como un simple reflejo de la ideología dominante, expresado en efemérides, fiestas patrias y en el bronce y la polilla rde la necrofilia. La nueva historia para las grandes masas urbanas, es decir para la mayoría de la población, es la historia que el cine proyecta y la historia-ciencia apenas conocida y apreciada por un reducido grupo minoritario.
Sería interesante explorar este tema de la percepción colectiva de la realidad a partir del cine, y estoy seguro que las respuestas confirmarían nuestra hipótesis. Para la masa de espectadores, Cleopatra sin lugar a duda es Elizabeth Taylor, y Marco Antonio es Richard Burton. Toda la escenografía altisonante y teatral igual que vestuarios y diálogos pasan a sustituir los hechos reales de la historia.
Hitler es Bruno Ganz en la película “El derrumbe”, con más realidad y verosimilitud en la genial representación que el propio personaje real, en que se inspira
El dictador nazi y el dictador fascista en la representación que hace el genial Charles Chaplin a través de los personajes Hinkel y Napolini terminan siendo mucho más reales y cercanos que el verdadero Hitler y el verdadero Mussolini.
Otro brillante ejemplo de nuestra tesis, cuando la ficción cinematográfica sustituye la verdadera realidad, lo es la visión cinematográfica de la historia japonesa en las películas de Akira Kurozawa. Para la mayoría de los espectadores la época bíblica no es otra que la que Holywood ha ofrecido ,al igual que el mito del “Far West” han impactado de manera indeleble el imaginario colectivo.
El futuro para las masas no es otro que el que proyecta Holywood, bien sea que hablemos de la Guerra de las Galaxias o más recientemente, Avatar. Mitos y leyendas se confunden con la literatura y la historia y parece ser un recurso frecuente en la condición humana evadirse o escapar de la cotidianidad a través de la alienación que implica un cuento bien contado y la ilusión pertinaz de un final feliz.
En la conciencia colectiva la pobre Historia escolar, aburrida y repetitiva, queda arrinconada en la memoria ingenua de la niñez y en la Historia oficial como un simple reflejo de la ideología dominante, expresado en efemérides, fiestas patrias y en el bronce y la polilla rde la necrofilia. La nueva historia para las grandes masas urbanas, es decir para la mayoría de la población, es la historia que el cine proyecta y la historia-ciencia apenas conocida y apreciada por un reducido grupo minoritario.
Sería interesante explorar este tema de la percepción colectiva de la realidad a partir del cine, y estoy seguro que las respuestas confirmarían nuestra hipótesis. Para la masa de espectadores, Cleopatra sin lugar a duda es Elizabeth Taylor, y Marco Antonio es Richard Burton. Toda la escenografía altisonante y teatral igual que vestuarios y diálogos pasan a sustituir los hechos reales de la historia.
Hitler es Bruno Ganz en la película “El derrumbe”, con más realidad y verosimilitud en la genial representación que el propio personaje real, en que se inspira
El dictador nazi y el dictador fascista en la representación que hace el genial Charles Chaplin a través de los personajes Hinkel y Napolini terminan siendo mucho más reales y cercanos que el verdadero Hitler y el verdadero Mussolini.
Otro brillante ejemplo de nuestra tesis, cuando la ficción cinematográfica sustituye la verdadera realidad, lo es la visión cinematográfica de la historia japonesa en las películas de Akira Kurozawa. Para la mayoría de los espectadores la época bíblica no es otra que la que Holywood ha ofrecido ,al igual que el mito del “Far West” han impactado de manera indeleble el imaginario colectivo.
El futuro para las masas no es otro que el que proyecta Holywood, bien sea que hablemos de la Guerra de las Galaxias o más recientemente, Avatar. Mitos y leyendas se confunden con la literatura y la historia y parece ser un recurso frecuente en la condición humana evadirse o escapar de la cotidianidad a través de la alienación que implica un cuento bien contado y la ilusión pertinaz de un final feliz.
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