viernes, 18 de mayo de 2012

El proceso electoral como proceso moral

“A la sombra del poder que
 se devora a sí mismo”.

Sergio Ramírez

Se le atribuye al dictador de la República Dominicana José Leonidas Trujillo la frase, “a los amigos todo, y a los enemigos, la ley”, pareciera ser esta, la filosofía del actual gobierno, puesto en evidencia por el testimonio del magistrado fugitivo. En Venezuela los límites entre lo lícito y lo ilícito, en la práctica pareciera haber desaparecido. El delincuente y la conducta delincuente han permeado a todos los sectores y particularmente al poder y sus cercanías. La delincuencia hace estragos en la sociedad y en la política. La zozobra y el temor es el clima dominante, y se vive entre rumores y escándalos potenciados por las redes sociales, inclusive pareciera ser una estrategia del gobierno para confundir y evadir la verdad y sus múltiples responsabilidades en esta situación de confusiones y fracasos. Lo del magistrado delincuente y sus confesiones, confirman y acentúan lo que ya se sabía, que todo el sistema político y de justicia ha sido permeado por el delito y la ilegalidad. Se puede leer en alguna parte de la Biblia, que pobre de los pueblos cuyos jueces se corrompen. El cáncer en nuestra sociedad pareciera generalizado, convertido casi en una marca o característica de la política de nuestro tiempo y que termina por carcomerlo y desestabilizarlo todo, hasta el proceso electoral, con sus campañas sucias y falta de respeto, empezando por el lenguaje utilizado. En los predios oficialistas no ocultan las ganas de suspender las elecciones, con su candidato enfermo y sin confiar en ningún sucesor. La enfermedad es el tema dominante, y ha sido convertida en estrategia electoral por el candidato del gobierno, que por cierto nos recuerda la anécdota de Metternich, canciller austríaco, cuando se enteró de la muerte de su famoso rival Talleyrand, canciller francés, se preguntó: ¿Qué pretenderá este con su muerte? El enfermo y la enfermedad se han convertido en el tema político y electoral por excelencia, y pareciera ser la estrategia principal para ganar las elecciones. La idea es tocar la fibra humana y la lástima colectiva. El año electoral luce lleno de incertidumbres en todos los aspectos, y a la oposición no le ha quedado otra alternativa que desarrollar una campaña, tratando de ignorar al contrincante y de compartir un mensaje positivo y optimista. Desde nuestro punto de vista, en Venezuela está planteado no solo una confrontación electoral y política sino el rescate moral del país, ya que pareciera haberse desarrollado una demencia emocional colectiva en donde en cada uno de nosotros se han ido debilitando las reservas morales y el juicio o criterio moral que permite distinguir con claridad entre el bien y el mal, entre lo lícito y lo ilícito, entre lo legal y lo ilegal.

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