sábado, 12 de diciembre de 2020

Infección (2019)

 


 

Esta película es una gran metáfora de la Venezuela en revolución-involución, 20 años de padecimientos y aprendizajes. La infección es básicamente endógena, como sus personajes, expresión de una sociedad enferma y cómplice y hoy en dolorosa expiación. Si la causa está aquí, el remedio también. En la película hay una frase "programática" en sentido psicológico, sociológico y cultural: "en las crisis lo peor de cada individuo y de toda la sociedad, emerge y se manifiesta", nadie se salva, en cada familia, en todo el país, las fronteras cerradas, el miedo y el horror prevalecen. La violencia y la anomia (destrucción del tejido social) se imponen. El caos, la historia y los personajes son apenas un pretexto y una ocasión para hacernos la "realidad-desagradable", pura tragedia y aparentemente sin escapatoria.
La realidad-real la percibimos porque la padecemos en la voz de Maduro y el colapso de los servicios. Se va la luz, no hay internet, sin gasolina, las carreteras son peligrosas. El peligro nos rodea, la deshumanización nos corroe y destruye todo sentimiento moral. Matas o te matas, etc...
La película abunda en estas escenas de "miedo" (me remitió al expresionismo alemán) pero el final es venezolano, todo se va a resolver y bien. Comparto el final y el problema (el virus) lo vamos a controlar, pero las cicatrices psíquicas y espirituales que van a quedar creo que nos acompañarán por mucho tiempo. El dolor provocado es incalculable y la redención, personal y colectiva, es un proceso largo y complejo. Ojalá aprendamos de esta traumática experiencia, provocada, auto-infligida, por nosotros mismos.

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