Reflexionando sobre el político y la política lo primero que se me
plantea es el porqué la mala fama de este oficio. La política como
la prostitución existen desde siempre. Parecen ser oficios
necesarios para el funcionamiento de la vida social, aunque no tengan
buena fama.
A las prostitutas en la antigua Grecia parece que
las llamaban "las esposas de la ciudad". El político y el
gobernante también se ocupaba de la ciudad, a su manera.
Para
Platón y Aristóteles la política era cosa de personas virtuosas y
preparadas para el buen gobierno y todo ciudadano estaba obligado a
ocuparse de la política. En caso contrario, se impone el desorden y
la tiranía.
En los siglos
siguientes prevaleció esta concepción idealista de la política y
el deber ser de la misma.
Hay que esperar a Maquiavelo 1469-1532
para que alguien se atreva a escribir, lo que todos sabían, que lo
usual y real, era el político, rapaz y tiránico y la política un
campo de batalla, "la guerra con otras armas". Maquiavelo
usa la figura del león y el zorro para caracterizar al político y
la política como una combinación de "fortuna y virtud";
entendiendo por fortuna, la suerte y el azar y por virtud, la
ambición o voluntad de poder, sin otro límite que la propia
ambición y codicia (el fin justifica los medios).
Intentar el
bien, pero igual cualquier otro medio si así lo exige la conquista
del poder y su conservación. El político de Maquiavelo, tal como
los que el estudió en los libros de historia y conoció en su
experiencia política, mentía, simulaba, engañaba, era cruel y
ejercía todo tipo de violencia si era necesario. Hoy esto suena
exagerado o superado, podría ser, dada la evolución civilizatoria
de la política, además como apunta Gramsci el "príncipe"
hoy no es un individuo, sino los partidos de masas o grupos de poder
en pugna y sistemas políticos más reglamentados y complejos y en
los sistemas democráticos con más controles. Realmente Maquiavelo
es un observador de lo "real" y sabe que el político "debe
saber contemporizar con los acontecimientos". Que en política
no hay amistad ni lealtad y que un político vale no por sus
intenciones sino por sus resultados. Que ofender al pobre no es grave
pero si a los poderosos.
Maquiavelo con sus
lecturas y experiencia política termina por asumir una idea de la
condición humana bastante negativa. Un príncipe debe ser amado o
temido, se pregunta Maquiavelo y se contesta él mismo, lo ideal
sería ser amado y temido, pero si no es amado, que sea temido. El
político no confiá en nadie porque piensa que de "los hombres
en general se puede decir esto: que son ingratos,
volubles,
simuladores y disimulados, que huyen de los peligros y
están ansiosos de ganancias; mientras les haces bien, te son
enteramente adictos, te ofrecen su sangre, su caudal, su vida y sus
hijos, cuando la necesidad está cerca; pero cuando la necesidad
desaparece, se “rebelan", Maquiavelo no se hace ilusiones
sobre la naturaleza humana y recomienda al príncipe que actúe en
consonancia con ello.
Nuestro autor se inspira en la tradición
griega que atribuye la educación de Aquiles al centauro Quirón
"Tener por preceptor a un maestro mitad bestia mitad hombre no
quiere decir otra cosa sino que un príncipe necesita saber usar una
y otra naturaleza y que la una sin la otra no es duradera".
El príncipe
de Maquiavelo no tiene otra moral que sus intereses y conveniencia y
para ello recomienda “no apartarse del bien, mientras pueda, sino a
saber entrar en el mal, cuando hay necesidad".
Estas ideas
escandalizaron a su tiempo y siguen escandalizando pero no hay
político y gobernante que se respete que no haya leído a Maquiavelo
quien trató de ver la política y el gobierno, como lo que es y no
como debería ser. La política para Maquiavelo es la lucha por el
poder, alcanzarlo, mantenerlo y legarlo. El bien general es
subordinado al bien particular, de uno o de pocos. Ambición y
codicia tienden a tipificar y explicar la conducta del político y el
gobernante.
Para Maquiavelo la política no debe confundirnos
con respecto a los intereses reales de sus oficiantes, el político,
casi siempre muy alejados o contrarios del interés general o bien
común, como diríamos hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario