jueves, 7 de octubre de 2010

Construyendo una mayoría


El 26 de Septiembre la población venezolana se pronunció electoralmente y con ello estableció una direccionalidad política para los próximos años, a mi juicio, irreversible y es que la mayoría ya no está apoyando el proyecto político del presidente, y así lo refleja el porcentaje del 52% para las “oposiciones” y 48% para el gobierno.
La vida social es fluida y en permanente movimiento y mucho más lo es el proceso político. La crisis nacional o mejor dicho la crisis del modelo petrolero ya avizorado a finales de los 70 del siglo pasado se desarrolló indetenible por más de dos décadas posibilitando el ascenso al poder de un personaje charlatán y aventurero que encandiló a un porcentaje importante de nuestra población, que irresponsablemente venía buscando soluciones simples y fáciles, como fue la reelección de CAP II y Caldera II o lo que es peor se estaba dejando seducir por la idea de una reina de belleza en la presidencia. Doce años después no hay ilusión que valga, este es un gobierno fracasado que debe rendir cuenta de sus fracasos y de las oportunidades desperdiciadas como sociedad. Esto es lo que significa el 26 de septiembre, un proceso de deterioro para el gobierno que comenzó en el 2007 y que se acentúa en los siguientes 2 años con la crisis económica. La oposición parece haber aprendido la lección de no caer en las provocaciones presidenciales y mantener el rumbo de la denuncia responsable, oportuna y necesaria, así como mantenerse cerca de la gente y continuar construyendo la plataforma electoral y gubernamental unitaria con un candidato único para el 2012. A todo trance no hay que repetir los errores del pasado, como lo fue el sectarismo partidista, ni las candidaturas mesiánicas, la gente pide la construcción de un gobierno responsable y serio, competente y honesto, capaz de restituir la confianza popular en el gobierno y en el futuro, que permita el diálogo necesario y la solución efectiva de nuestros múltiples y urgente problemas acrecentados en los últimos años.
Vienen tiempos de oposición parlamentaria y pre-candidaturas presidenciales, esto último en sí mismo no es malo, siempre y cuando exista el compromiso de terminar en el candidato único, hay que seguir avanzando en la construcción de la nueva mayoría, partidos políticos y sociedad civil, de manera orgánica y eficaz, el país lo está demandando y toca al liderazgo estar a la altura de las circunstancias.

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