En la jornada electoral del 26 de septiembre de 2010 se puso en evidencia, una vez más, la cultura democrática de nuestro pueblo que arraigó de manera definitiva en el siglo XX y particularmente después de los acontecimientos políticos que se derivaron del 18 de octubre de 1945 y del 23 de enero de 1958. El pueblo venezolano ha entendido de manera irreversible, firme e irrevocable, que su mejor destino político sólo puede desarrollarse en la medida que apuntalemos y fortalezcamos nuestro proyecto democrático sobre bases éticas y Constitucionales compartidas.
Venezuela está cansada de división y odios, quiere la reconciliación nacional y un gran acuerdo político que nos permita recuperar el futuro. La importante victoria electoral del 26 de septiembre tiene que ser asumida con humildad y como parte de un proceso unitario que culmina en el 2012. La Unidad es un imperativo que debe ser mantenida dentro del respeto de las diferencias y el pluralismo necesario.
La Asamblea Nacional recuperada para la política y el diálogo tiene que reasumir sus funciones Constitucionales de equilibrio y participación en la promulgación de leyes y en las contralorías necesarias.
A través de usted (diputado) me permito felicitar y reconocer el esfuerzo de muchos compatriotas que acompañaron y apoyaron el mismo, al fin de cuentas los triunfos siempre son colectivos y así es como tiene que ser asumido éste, sin menoscabo del reconocimiento personal que cada quien merezca y en este caso no nos cabe la menor duda de la importancia de su participación.
viernes, 1 de octubre de 2010
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