domingo, 9 de junio de 2013

La generación perdida


Esta fue la frase que utilizó Gertrude Stein, para referirse a la generación de escritores norteamericanos que hacían su peregrinaje existencial y literario a París, entre otros, Henry Miller y Ernest Hemingway. La realidad demostró que no sólo no estaban perdidos sino que su escritura marcó de manera indeleble a su país y a la cultura del siglo XX. El problema es de talento y esfuerzos más que de circunstancias. Esto viene al caso, porque en Venezuela se viene hablando de décadas perdidas para las últimas generaciones que les tocó nacer y vivir en una sociedad sometida a todas las pruebas. Son las llamadas generaciones de la crisis. Para el país son 30 años no de pro-greso sino de re-greso. Para millones de jóvenes su realidad y su circunstancia para “triunfar” o para “fracasar”. El destino individual no puede confundirse con el destino colectivo, aunque aceptamos como válida la frase historicista atribuida a Ortega y Gasset “yo y mi circunstancia”. Millones de jóvenes no han conocido otra cosa que incertidumbre y falta de oportunidades, por una política suicida de división del país y destrucción de la economía, pero como las sociedades no se suicidan, muchos de estos jóvenes no sólo aprendieron a sobrevivir sino también a progresar. Todo esto resulta trágico e innecesario si tomamos en cuenta que Venezuela es un país privilegiado en muchos sentidos. Existen los recursos humanos y existen los recursos de la naturaleza que configuran un país con todas las ventajas comparativas y competitivas que la ciencia económica ha establecido.
Estos tiempos de incertidumbre, temor y precariedad, tengo la impresión que están por terminar o por lo menos, es mi deseo. Si asumimos la teoría pendular de la historia de Vico, 30 años es mucho tiempo para una crisis que comenzó siendo política, continuó como crisis política y social y terminó siendo una verdadera crisis moral y que posibilitó esta autocracia militarista de los últimos 14 años.
En términos filosóficos nadie triunfa o fracasa absolutamente y así ha ocurrido con las últimas generaciones y el país en general. Inclusive este re-greso debe implicar necesariamente unos aprendizajes que a mi juicio muchos millones de venezolanos han asumido y es que la Venezuela rentista y saudita es una realidad que ya pertenece al pasado y que solamente si asumimos nuestras responsabilidades individuales y colectivas podremos reasumir nuestro proyecto democrático-modernizador de sociedad abierta, plural y progresista, y creo que millones de jóvenes así lo han entendido y lo están asumiendo y por eso el futuro se está convirtiendo en la idea-programa que poco a poco le está devolviendo la confianza a los venezolanos.

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