lunes, 11 de junio de 2007

Los nietos de la democracia


No creo que exista una “ley” generacional para explicar la historia, como creía el filósofo español José Ortega y Gasset; pero no hay duda que en cada época, a los jóvenes, de manera genérica, les toca la responsabilidad en la inevitable y necesaria “circulación de las elites”, según el decir del sociólogo italiano Wilfredo Pareto.
Si además de jóvenes son estudiantes universitarios, la responsabilidad es mucho mayor, por aquello que cantaba Violeta Parra, poetisa y cantautora chilena, “de ser levadura de la tierra” y dueños de la aurora y el amanecer y albaceas del futuro y de nuestros sueños y esperanzas.
En el caso venezolano, los estudiantes de 1928, insurgieron contra la tiranía militar de Juan Vicente Gómez, presos y derrotados en el momento, terminaron triunfando y gobernaron la vida política del país por más de 40 años.
El otro momento estelar fue en 1957, en donde los estudiantes universitarios de la época, terminaron siendo el punto de convergencia de toda la resistencia y oposición a la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, acontecimiento político que permitió el amanecer democrático del 23 de enero de 1958. Todo esto, que es historia venezolana, se ha repetido en América Latina y en el mundo de manera reiterada y son emblemáticos al respecto el movimiento estudiantil de 1918, en Córdoba, Argentina y los acontecimientos de Tlatelolco de 1968, en México y los de la plaza de Tiananmen, en China, para no hablar del Mayo Francés de 1968, que definió y marcó toda una época. El estudiante, por definición, tiene la intuición del futuro y la vocación libertaria y democrática.
En la actual coyuntura venezolana, un hecho fortuito y en perspectiva grave pero políticamente no tan importante como es el cierre de RCTV, desata todo un movimiento estudiantil, básicamente espontáneo y plural, que rechaza el cierre y las amenazas contra la libertad de expresión, pero que termina planteándose el tema de la libertad y la democracia y su rechazo absoluto a todo intento dictatorial y totalitario en nuestro país, así que con Violeta Parra decimos:
¡Que vivan los estudiantes,jardín de alegrías!Son aves que no se asustande animal ni policía,y no le asustan las balasni el ladrar de la jauría.
Igual comparto la lúcida y precisa opinión del respetable y auténtico revolucionario, Domingo Alberto Rangel, en artículo publicado el día 7 de junio en el diario El Mundo, de Caracas: “en la Venezuela de los últimos cien años, el contrario dialéctico de los militares fueron siempre los estudiantes. Como si la historia estuviera llena de impaciencia, los puso ahora en la calle. ¿Va a repetirse la historia de 1928, cuando el país aterrorizado por Gómez encontró en ellos sus combatientes de vanguardia?

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