Es una enfermedad recurrente en la Historia; individuos que reducen su vida a buscar el poder, acrecentarlo y conservarlo, los ejemplos sobran. En este momento en que en América Latina hay como una epidemia; hasta Uribe, el presidente colombiano se ha contagiado, aprovechando el respaldo popular que tiene está buscando otra reelección para un tercer período, forzando toda la estructura legal e institucional de su país; lo cual es un mal ejemplo para la salud democrática de Colombia y del Continente. En el mismo error viene incurriendo el presidente venezolano; 14 años le parecen poco, de allí su idolatría por Fidel, exitoso autócrata con 50 años en el poder. Evo Morales y Rafael Correa, en Bolivia y Ecuador también han forzado a las Instituciones y la Constitución para mantenerse en el poder, aprovechando sus altos niveles de popularidad. En Argentina los Kirchner con su pretensión hereditaria y dinástica. La metodología es la misma: Reforma Constitucional o Proceso Constituyente, aprovechando coyunturas de popularidad para cambiar las reglas del juego político, creando y propiciando un golpe de estado permanente desde el propio poder. El golpe de estado ya no es para asaltar el poder, sino para perpetuarse en él.
Entre ellos, los dictadores de cualquier signo se admiran y emulan. Nuestro presidente con su periplo internacional visitando viejos y nuevos amigos cuyas característica común es su larga permanencia en el poder y el ejercicio del mismo de manera absoluta. Kadafi en Libia con 40 años en el poder. El sirio con 9 años en el poder, que heredó del padre que estuvo más de 30 años. En Irán una teocracia con 30 años en el poder. Este club de dictadores recuerda mucho en la primera mitad del siglo XX a Salazar en Portugal con casi 50 años en el poder. Franco en España con más de 30 años. Trujillo, los Duvalier y los Somoza en República Dominicana, Haití y Nicaragua respectivamente con varias décadas en el poder como si las dictaduras fueran un ciclo recurrente en la historia. Para que no haya dudas sobre las intenciones presidenciales y sus inclinaciones políticas y admiración por los longevos en el poder nos acabamos de enterar por la gaceta oficial del 27 de agosto de este año de un nuevo amigo internacional: Mswati III de Suazilandia monarca absoluto de su país. Definitivamente, la debilidad del hiper-lider, es el poder eterno.
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