Esta frase se le atribuye al diputado Ricardo Sanguino, presidente de la comisión de finanzas de la Asamblea Nacional (El Nuevo País, viernes 28-05-2010) y agregó “fue la crónica de una muerte anunciada que se vio venir con la crisis energética”. A nuestro juicio esta es una media verdad, asumida conscientemente para proteger la enorme responsabilidad presidencial y gubernamental en esta agónica y prolongada crisis económica, social, y política, que afecta a la casi totalidad de nuestra población y como siempre son los más desprotegidos socialmente los que van a recibir el mayor impacto. La demagogia y el populismo parecieran estarse agotando en la medida que no hay respuesta concreta a los problemas y estos tienden a incrementarse.
El pueblo sí tiene memoria y nadie olvida la jactancia presidencial al decir que esta crisis no nos tocaría y que estábamos blindados frente a ella. Los hechos dicen todo lo contrario, la corrupción y el despilfarro irresponsable continúan y allí están para comprobarlo el racionamiento eléctrico y la pérdida escandalosa de alimentos, por negligencia y corrupción. La Venezuela electoral no ignora ni la “Oscurana” ni a “Pudreval”.
Los “años dorados” de este gobierno pertenecen al pasado cuando la chequera petrolera lucía abultada e inagotable. Desde el 2008 para acá la economía está en un desbarrancadero aunque el gobierno sigue siendo derrochador y corrupto. Las promesas incumplidas después de 11 años explican el creciente deterioro de la imagen presidencial y la disminución progresiva de sus apoyos. La gobernabilidad es precaria y el gobierno luce sobrepasado, la crisis general es inocultable, de allí la importancia de canalizar toda esta carga de descontento y frustración hacia un proyecto político alternativo democrático, civilista y progresista y esa oportunidad no es otra que el 26 de septiembre cuando es imperativo recuperar el equilibrio institucional y garantizar el necesario pluralismo.
La oposición, en este caso el MUD, alianza exitosa de más de 30 organizaciones así como la llamada disidencia con el PPT a la cabeza deben asumir la gran responsabilidad que es recoger la insatisfacción generalizada y la construcción de un gran acuerdo nacional que permita ir delineando un gobierno alternativo merecedor o a la altura del siglo XXI.
El pueblo sí tiene memoria y nadie olvida la jactancia presidencial al decir que esta crisis no nos tocaría y que estábamos blindados frente a ella. Los hechos dicen todo lo contrario, la corrupción y el despilfarro irresponsable continúan y allí están para comprobarlo el racionamiento eléctrico y la pérdida escandalosa de alimentos, por negligencia y corrupción. La Venezuela electoral no ignora ni la “Oscurana” ni a “Pudreval”.
Los “años dorados” de este gobierno pertenecen al pasado cuando la chequera petrolera lucía abultada e inagotable. Desde el 2008 para acá la economía está en un desbarrancadero aunque el gobierno sigue siendo derrochador y corrupto. Las promesas incumplidas después de 11 años explican el creciente deterioro de la imagen presidencial y la disminución progresiva de sus apoyos. La gobernabilidad es precaria y el gobierno luce sobrepasado, la crisis general es inocultable, de allí la importancia de canalizar toda esta carga de descontento y frustración hacia un proyecto político alternativo democrático, civilista y progresista y esa oportunidad no es otra que el 26 de septiembre cuando es imperativo recuperar el equilibrio institucional y garantizar el necesario pluralismo.
La oposición, en este caso el MUD, alianza exitosa de más de 30 organizaciones así como la llamada disidencia con el PPT a la cabeza deben asumir la gran responsabilidad que es recoger la insatisfacción generalizada y la construcción de un gran acuerdo nacional que permita ir delineando un gobierno alternativo merecedor o a la altura del siglo XXI.
CIERTAMENTE, ESTE GOBIERNO Dr. LOMBARDI....TOCÓ FONDO, PERO CREO QUE NO VA A RESIRGIR DE LAS CENIZAS COMO EL AVE FENIX, ESTÁ AGOTADO Y SÓLO QUEDA IR ABRIENDO PUERTAS DE INSTITUCIONALIDAD...Y ESTE 26 ES EL PRIMERI INTENTO URGENTE Y NECESARIO.
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