Sin lugar a dudas este es un gobierno cercano a su fin, tanto por el desastre nacional que ha provocado como por la agenda electoral que posibilita un mayor equilibrio político a nivel de la Asamblea Nacional y una posible victoria electoral en el 2012 sobre las bases de una recuperación plena de la Constitución y la Democracia enmarcado en un gran acuerdo nacional de gobernabilidad. El país está urgido de una salida política, para ello la ruta electoral es insustituible aunque no única tal como lo establece la propia Constitución.
El 26 de septiembre de 2010 es una fecha altamente propicia para recuperar el impulso democrático de nuestra sociedad al elegir una Asamblea Nacional plural y equilibrada, que permita legislar para todo el país, así como ejercer a plenitud el poder contralor necesario.
Si el presidente fuera un demócrata no debería sentirse amenazado por este proceso electoral y con un eventual triunfo de la oposición. Su suerte política se va a dirimir electoralmente en el 2012 con el resultado previsible de un voto castigo a tanto desgobierno y además como expresión de un cansancio colectivo frente a una retórica guerrerista y siempre amenazante. Los pueblos son indulgentes, a veces tienen memoria corta pero no perdonan el mal gobierno especialmente cuando la capacidad de crear ilusión y esperanza por parte del gobernante no puede ser confrontado con la realidad.
La idea no es destruir políticamente a nadie sino simplemente recuperar nuestra condición de república democrática con una Constitución respetada y acatada por todos y unas instituciones despartidizadas al servicio de toda la sociedad. Hay que rendir cuentas, es mucho el dinero que se ha manejado; la “regaladera” y la corrupción y el deterioro general visible en todos los ámbitos van a servir para crear y desarrollar la conciencia necesaria en una gran mayoría de ciudadanos de que al actual gobierno se le dio una oportunidad a la cual no supo honrar. Si hay una necesidad nacional es un gran acuerdo político que permita volver a tener la posibilidad de un gobierno democrático pluralista, participativo e inclusivo. No hay mejor programa que la unidad sin impunidad y la reconciliación nacional. Reconstruir nuestra sociedad no va a ser fácil pero es una tarea necesaria e ineludible, necesitamos recuperar colectivamente nuestro mejor destino como pueblo.
domingo, 27 de junio de 2010
Necesidad de un gran acuerdo nacional
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