sábado, 21 de mayo de 2011

Sociedad civil, política y libertad

El ser humano desde su naturaleza es impulsado a la acción y solo desde la acción desarrolla la posibilidad de ser libre. Esta idea de Lessing (1729-1781) citado por Hannah Arendt, se complementa con la idea de que los seres humanos somos capaces de ir o caminar en una dirección determinada y esto es posible en el ámbito de lo público y es que nadie puede ir a ningún lado solo y cuando es reducido a la soledad, es decir a la no-acción, reducido al simple pensamiento y deseo. El individuo deja de ser un ser social y político. De allí la importancia de la política como espacio colectivo compartido por todos los integrantes de la sociedad y que identificamos como sociedad civil. En consecuencia, la política no puede ser reducida al militante de partido y mucho menos a la sola consecución y ejercicio del poder.
La política en su sentido más general es participación en cualquier tipo de asociación u organización, incluido los partidos políticos, y esta asociación o participación se legitima en la búsqueda colectiva e individual del bien general o bien común. Asociarse y organizarse es una necesidad de eficacia y de alguna manera lo que pudiéramos llamar una economía de la acción. Robinson Crusoe ni hace política ni puede hacerla porque no tiene acompañamiento ni propósito social alguno. Su único problema es la sobrevivencia y que lo rescaten de una realidad que se agota en su propia naturaleza, que no va a ninguna parte, ni permite construir nada para compartir y para progresar. Robinson Crusoe tiene tanta libertad que no tiene ninguna, vive en el estado de necesidad que se dice para referirse a los no-libres, que tiende a ser la situación de millones que en su pobreza son condenados a la falta de oportunidades y posibilidades. Todo lo que llevamos dicho contradice de alguna manera a los estoicos que pensaban que la verdadera libertad sólo es posible en el pensamiento, y así Séneca podía afirmar que la libertad solo era posible en prisión que limitaba el movimiento pero no podía limitar el pensamiento libre en su libertad absoluta.

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