domingo, 28 de octubre de 2012

El interés como ideología


Cualquier explicación de la realidad política es múltiple y depende en gran medida del interés o los intereses del opinante. Así ha ocurrido con el último proceso electoral, el oficialismo explica su triunfo por el carisma del líder, por el programa presentado al país y por su efectiva maquinaria electoral. Mientras que desde la oposición se insiste en el despiadado e insultante ventajismo del gobierno, la abundancia de recursos y la mercantilización del voto, además de un sistema electoral perverso o fraudulento, empezando por el abultado REP y su cedulación discrecional, así como un CNE claramente parcializado. Habrá otras razones y otros criterios, pero lo esencial, los argumentos de parte y parte, básicamente han sido los aquí expresados. Intentemos analizarlos, el carisma, concepto weberiano, de índole mágico-religioso, sin lugar a dudas es real, pero eficaz sólo si está acompañado por mucho dinero. El programa, en nuestros procesos electorales es un simple adorno, dudo que exista un elector que lo haya leído completo. Otra cosa son las promesas y las expectativas creadas y cultivadas a través de la multimillonaria propaganda y que en nuestro contexto básicamente se resume en las “misiones” clientelares. Si nos atenemos a un concepto de ideología que se expresa en la frase: dime cuales son tus intereses y te diré cómo piensas y votas. Son nuestras necesidades que nos condicionan además del lucro y el aprovechamiento de las circunstancias. En una economía rentista como la nuestra y en un sistema de gobierno rico y pueblo pobre, los procesos electorales son fuertemente manipulados por la distribución de los recursos y las prebendas. Nuestro sistema político electoral está fuertemente marcado además por lo que pudiéramos llamar la “franquicia cubana” que al controlar el sistema de cedulación y pasaportes, así como registros y notarias, prácticamente controla toda la información de la sociedad y que le permite directamente acceder a la información individualizada tanto para manipular en un sentido u otro, así como amenazar los intereses lícitos del ciudadano, fácilmente proyectable hacia el acto electoral.
Cualquiera sea nuestra apreciación del proceso electoral hay una realidad cierta y es que hay dos Venezuela, una realidad inconveniente y altamente peligrosa para los intereses nacionales. Un país dividido a partir del empecinamiento de un sector en imponer un proyecto hegemónico. Ganó Chávez, ojalá termine de entender que es para representarnos a todos y gobernar en función de los intereses lícitos de todos los sectores.

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