martes, 27 de julio de 1999

La Gran Colombia



Venezuela, Nueva Granada y Ecuador son tres procesos históricos convergentes, a pesar de la geografía que los separa, la historia los une y esto se concretizó en el Congreso constituyente de Colombia, reunido en la Villa del Rosario de Cúcuta el 6 de Mayo de 1821, con 57 diputados de  los 95 que correspondían a las 19 Provincias que pudieron realizar elecciones.  El inspirador y guía fue Bolívar y dura lo que su poder.  Fue un proyecto para el futuro que sigue perteneciendo al futuro.
  
         La disputa inevitable en el Congreso fue entre federalistas y centralistas que a su vez expresaban los conflictos de todo tipo existentes y los muchos intereses en pugna.  El dilema seguía siendo el de siempre.  Dice Gil Fortoul: <>.  El problema de América Latina, 200 años después, sigue siendo el mismo: cómo evitar la tentación autoritaria, como conciliar una Constitución, republicana y democrática, con sociedades en desarrollo.

         El Congreso de Cúcuta no sólo se va a ocupar de la forma de gobierno sino de cómo lograr el progreso social y en consecuencia se aboca a   legislar
sobre la esclavitud y cómo abolirla, la condición de los indios, las relaciones
                                                                                                                
del Estado con la Iglesia Católica.  Se pronuncia sobre la libertad de imprenta, administración fiscal e instrucción pública.

    Mientras se guerreaba se dictaban leyes; esta fue la grandeza y la miseria de esa generación. Se soñaba con la utopía al mismo tiempo que se luchaba contra la realidad.  Herederos del siglo XVIII, del romanticismo  y  la ilustración, esta élite mantuana, fue atrapada  por la vorágine de la guerra y por los innumerables conflictos y contradicciones de clase que existían en la sociedad hispanoamericana.

    Gil Fortoul es lúcido al respecto cuando dice: <  Quiso constituir una grande y poderosa República; y si la suerte de los Estados dependiese sólo de la sabiduría de sus leyes, aquel congreso habría asegurado por años o siglos el porvenir de Colombia.  Sin embargo, no hubo nunca obra legislativa menos adecuada a la condición social y política de los pueblos que con ella quedaron aparentemente unidos.

    Realización fortuita de un ideal grandioso de Bolívar, Colombia no podría vivir sino al amparo del genio que la creó: ausente él, en lejanas guerras, irá perdiendo ella, con sus estériles conmociones, toda esperanza de vida perdurable.  Pacto ocasional entre países que tendían naturalmente a gobernarse a si mismos, la historia de la Constitución de Cúcuta será la historia de sus violaciones>>.
                                                                                 
    Bolívar, su principal inspirador e ideólogo tampoco se engañaba al respecto, desde el frente de batalla escribe a Santander: <  Esta política que ciertamente no es la de Rousseau al fin será necesario demostrarla para que no nos vuelvan a perder esos señores... Piensan esos caballeros que Colombia está cubierta de lanudos, arropados en las chimeneas de Bogotá, Tunja y Pamplona. No han echado sus miradas sobre los Caribes del Orinoco, sobre los pastores de Apure, sobre los marineros de Maracaibo, sobre los bogas del Magdalena, sobre los bandidos de Patia, sobre los indómitos pastusos, sobre los Guajibos del Casanare, y sobre todas las hordas salvajes de África y de América que como gamos recorren las soledades de Colombia.  ¿No le parece a Ud. que esos legisladores, más ignorantes que malos y más presuntuosos que ambiciosos nos van a conducir a la anarquía, y después a la tiranía, y siempre a la ruina?  Se creen <> enviados del cielo a la tierra, no para amontonar escombros de fábricas monstruosas y para edificar sobre una base gótica un edificio griego al borde de un cráter>>.

           Este texto es uno de los más interesantes producidos por Bolívar, por la lucidez sin cesiones que posee.  Bolívar no se engaña; sabe dónde está y con quién está.  Lo que llama la atención es la mordacidad y dureza de sus juicios sobre los legisladores de Cúcuta.  ¿No se habían reunido a instancias de él? ¿No respondían a un proyecto político esencialmente inspirado por Bolívar? y ¿Acaso el Congreso no lo nombra Presidente y Vicepresidente a Santander?

          Una vez más en la historia son más los interrogantes que las respuestas, construidas siempre a posteriori, se acomodan y reordenan las cosas a conveniencia.  Texto ambiguo el historiográfico, siempre puede ser interpretado de muchas maneras.

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