El historiador
sucumbe a la fascinación del héroe. En
la tradición de Plutarco, Hegel, Emerson y Carlyle, el héroe para Gil Fortoul
viene a ser, como dice Roland Barthes comentando a Michelet. .
En este período, aniquilada más que
nunca, parecía la causa republicana. Los
realistas dominaban todo el centro y el occidente. En las provincias orientales, a la amenaza
realista, se sumaban las diferencias y enfrentamientos entre patriotas. Bermúdez, que ahora obedecía a Bolívar, se
enfrentaba a Mariño, siempre díscolo y casi siempre insubordinado a la
autoridad del Libertador. En Margarita,
Arismendi no obedecía a nadie y, en los llanos de Apure, Páez campeaba por sus
fueros, aunque formalmente obedecía las directrices de Bolívar. Pero nunca era más grande el Libertador que
en las derrotas y dificultades. No bien
regresó a Angostura, el 5 de junio, definió un vasto y ambicioso plan
político/militar, desorbitado y aparentemente insensato. La idea era convocar un Congreso, establecer
un gobierno constitucional y, como concluye admirado nuestro Libertador,
<
gracia a la dominación española.
Todo se realizó>>.
Bolívar sabe que la política lo condiciona todo; la guerra no es más
que política dirimida con las armas.
Igualmente sabe que la propaganda y la información son
vitales y la
necesidad de un
periódico (El Correo
del
Orinoco). Se trabaja en todos los frentes: diplomacia,
leyes, gobierno, guerra.
Angostura se ha convertido en el
corazón de la patria. Se reúne el
Congreso, Bolívar presente su proyecto de Constitución y pronuncia un discurso.
Piezas fundamentales de su pensamiento
político, tanto el discurso como el proyecto, nos presentan a Bolívar como un
doctrinario e ideólogo de las nuevas nacionalidades que se está empeñado en
construir. Hay un gran esfuerzo de
pensamiento e imaginación, buscando definir nuestra identidad de pueblo, libre
y soberano, dotado del mejor gobierno y del más civilizado sistema de
leyes. Política, gobierno y diplomacia
ocupan al Libertador, pero la guerra sigue siendo la primera prioridad. Se prepara la campaña de Nueva Granada, se
realiza el penoso y difícil paso de los Andes, y se triunfa en Boyacá.
Bolívar tiene apenas 36 años; muchas
vidas había conocido y padecido. Sus
lugartenientes también son jóvenes: Soublette tiene 29 años; Santander 28;
Anzóategui 30. El continente
sudamericano ve nacer a su nuevo Libertador.
Nace la Gran Colombia, el 17 de
Diciembre de 1819. El Congreso de
Angostura dicta la <>. Se ratifica en Bogotá
el 27 de Febrero de 1820 y la acepta Guayaquil en 1821 y Quito en 1822.
España, al mismo tiempo, conoce un
gobierno liberal que permite pensar, por primera vez en un desenlace pacífico,
a la guerra de independencia. Expresión
de esta coyuntura es la nueva actitud del
gobierno
español que
se traduce en el armisticio acordado por Bolívar y Morillo y la entrevista de
ambos en Santa Ana de Trujillo.
Durante el armisticio, Maracaibo se
declara independiente y se adhiere a la República. Bolívar, habiendo usufructuado todas las
ventajas del armisticio, decide reanudar hostilidades, al no lograrse un
acuerdo con los españoles, sobre Maracaibo.
Además estaba convencido que España no reconocería a Colombia, de no
mediar el éxito de las armas.
El 24 de Junio de 1821 se vence en
Carabobo. Venezuela es libre igual que
Nueva Granada a partir de Boyacá. Ha
sonado la hora de la Gran Colombia y ya en Cúcuta está sesionando el Congreso
para darle un basamento jurídico y un perfil político. Bolívar está viviendo una de sus horas
estelares.
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