Los gobiernos,
gobiernan; los dictadores, mandan, es una frase que me la inspira una
película del cineasta italiano Marco Bellocquio “Vincere”, un
inteligente alegato contra el fascismo italiano y Mussolini, a partir
de una anécdota romántica del dictador. Casi toda Italia se hizo
fascista. En las dictaduras y en los regímenes autoritarios y
totalitarios, la complicidad y el oportunismo son frecuentes y el
miedo generalizado. La mayoría de los seres humanos viven y apuestan
en primer lugar a la sobrevivencia hasta que las cosas cambien y
pasen los malos tiempos. En la Venezuela rural a esto se le llamaba
pasar agachado y en el país urbano que somos hoy se le llama
resilencia, resistir con la flexibilidad necesaria para adaptarse y
sobrevivir y si se puede sacarle provecho a la situación. En el
fascismo todo gira en torno al líder, al Duce, un semidios en trance
de convertirse en dios, es el trágico e irracional culto a la
personalidad. Visto en perspectiva y a la distancia, el dictador
italiano con su uniforme de opereta, su gestualidad de loco y su
balcón del pueblo en piazza Venezia (imágenes recuperadas en la
película a través de diversos documentales) nos hace reflexionar
cómo las masas son irracionales y cómo los pueblos se extravían.
La consigna fascista era vencer o morir, era la frase favorita del
dictador, un valiente cuando estaba acompañado y era el dueño del
poder ya que precisamente no fue muy valiente su conducta cuando le
tocó su trágico final con su precipitada huida disfrazado de mujer,
posteriormente descubierto y fusilado. Italia pagó bien caro por
este personaje y su régimen de camisas negras, régimen necrofílico
y demente ya que no otra cosa fue el fascismo que por cierto no
termina de extinguirse, quizá para recordarnos que también las
sociedades enferman. En América Latina la tradición fascista ha
contaminado fuertemente a nuestros sectores políticos y militares el
más emblemático quizá fue Perón y el peronismo, no es casual que
éste hiciera su aprendizaje fascista como agregado militar de la
embajada argentina en Roma en la época inicial del fascismo
italiano. Posteriormente en América Latina hubo otros imitadores y
algunos inclusive gobiernan actualmente.
lunes, 10 de septiembre de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario