sábado, 5 de febrero de 2011

Los hijos del viento

A los guajiros o wayúu se les ha poetizado el nombre como hijos del viento, denominación de apropiada característica determinante de esa vasta península que se adentra en el Mar Caribe calcinada por el sol. Nómada en su territorio, el guajiro señorea sobre su tierra sin importarle mucho la frontera artificial impuesta por Colombia y Venezuela. Las raíces de este pueblo se hunden en el pasado indígena milenario de los muchos pueblos Arawak que recorrieron estas latitudes. La identidad actual del pueblo guajiro, especialmente los últimos 300 años tiene que ver con la colonización hispana, la república criolla y el infaltable y fecundo mestizaje, tal como se evidencia en esta genealogía del apellido Iguarán, de origen vasco tal como está documentado en el presente trabajo pero avecindado de manera telúrica y profunda en esta tierra guajira. Una genealogía nos permite percibir de manera clara el significado del concepto vasconceliano de “raza cósmica”, a pesar de nuestra diferencias los seres humanos somos una sola raza, como dirían los antropólogos somos uno y múltiple.
La etnia guajira es uno de los pocos pueblos de América Latina en expansión demográfica, con notable influencia en las zonas vecinas de Colombia y Venezuela y particularmente en el Zulia, región ésta de fuerte impronta indígena y mestiza, tanto que nuestra virgen tutelar y de devoción principal sea “La Chinita” de poderosas resonancias indígenas y lacustres. El apellido Iguarán se universaliza gracias al Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, tanto por su entronque familiar con los Iguarán como por las referencias literarias, en donde la tierra guajira se embellece en su infinita soledad de compañera fecunda del viento y del sol. Si se profundiza en la genealogía Iguarán nos damos cuenta cómo el apellido se expande y si así puede decirse, se aristocratiza dada la importancia y relevancia económica y social de algunos de sus miembros. El hecho mismo de la elaboración de esta genealogía indica la conciencia de identidad colectiva e individual que han asumido algunos representantes de esta gran familia Iguarán, signo y sentido de identidad, de pertenencia y de trascendencia, no otra cosa es una genealogía, una manera humana de vencer el olvido y la desmemoria.

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