La metáfora del becerro de oro en la
Biblia va mucho más allá de la debilidad humana por el dinero y la
riqueza y la sacralización de los mismos. Esta sacralidad incluye el
culto al poder. Dios desaparece del horizonte humano o apenas es una
referencia externa y ritual.
Los antiguos emperadores, faraones y
reyes en todas las sociedades y culturas se pretendían de origen
divino y se asumían divinizados. Esta minoridad humana felizmente
tiende a desaparecer en la modernidad y el gobernante es reducido a
lo que es: un simple humano, con virtudes y defectos, y en algunos
casos hasta toleran la estupidez y la locura.
El pretencioso Luis XIV que arruinó y
desangró a Francia no solo se creía predestinado sino que se
apropió de la representación única y exclusiva del Estado (El
Estado soy yo) pretensión que algunos lunáticos posteriores en el
poder repitieron, entre otros Hitler y Mussolini; Stalin y Mao; Idi
Amin y Mugabe y aquí en el Caribe José Leonidas Trujillo y Fidel
Castro Ruz (Al respecto recomiendo dos películas, el Gran dictador
de Charles Chaplin 1943 y el Último Rey de Escocia de Kevin
Macdonald 2006, así como la novela La Fiesta del Chivo de Mario
Vargas Llosa del año 2000). La Filosofía de estos tiranos es simple
“todo dentro del Estado, nada fuera del Estado” y como el Estado
encarna en ellos se convierten en nuevos emperadores y faraones de la
modernidad, o el superhombre nietzscheano, malinterpretado por
lectores fugaces de mentes afiebradas. El Estado es creación humana
y no es eterno, es histórico y contingente, ni sustituye a la
Sociedad, ni puede anular la dignidad y la libertad de la persona, de
allí que San Agustín (354-430) pudiera afirmar “Si no se respeta
la justicia, los Estados no son sino grandes bandas de ladrones”
(De Civitate Dei IV, 4).
Los sistemas políticos democráticos
del futuro van a potenciar el protagonismo del ciudadano y de la
sociedad civil en general y van a reducir el tamaño del Estado y
limitar fuertemente al gobierno y al gobernante en un proceso
indetenible de personalización responsable de la libertad.
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