jueves, 29 de septiembre de 2011

Venezuela sin gobierno

“Los moderados de todos los colores cedieron ante las fuerzas extremistas durante los próximos 10 años: 1811-1821” esta afirmación del historiador P. M. Mckinley (Caracas antes de la independencia, Monte Ávila 1987) explica sin lugar a dudas nuestros años fundacionales, con sus múltiples violencias raciales, sociales y política; la anarquía desatada y las pavorosas guerras civiles. Los años 1812, 1813, 1814, 1815 marcaron a sangre y fuego nuestro destino nacional. El radicalismo y el extremismo gobernó a Venezuela, fue la versión local de la época del terror en la revolución francesa. De julio de 1811 a julio de 1812, fueron los jacobinos patriotas que dominaron la escena y entre los sacrificados estuvo el propio Miranda. Entre julio de 1812 y agosto de 1813 prevalecieron los realistas, con Monteverde a al cabeza. Entre agosto de 1813 y julio de 1814, regresa Bolívar con su decreto de guerra a muerte, hasta que fue obligado a huir por el implacable y sanguinario J. T. Bóves que prevalece por 9 meses, entre julio de 1814 y abril de 1815. casi un lustro de guerra civil en donde el color de la piel se convirtió en bandera de guerra genocida y etnocida. La violencia fue nuestra partida de nacimiento y acta bautismal. Lamentablemente pareciera habernos quedado la costumbre y durante un largo siglo no supimos sino guerrear entre nosotros mismos en las llamadas guerras federales. Nuestra historia de violencia política y de sectarismo reiterado ha contaminado y perturbado nuestra tradición política hasta nuestros días, en particular en los desquiciados años de 1945-46 y en los últimos 12 años.
De los casi 400 mil habitantes de la provincia de Caracas en 1810, 5 años después se calculó 80 mil muertos producto de la violencia política. El terror era generalizado, dirigido por caudillos bárbaros sin otro límite que su codicia y sed de sangre. La mortandad al final de la guerra se calculó en 10 mil españoles y canarios exterminados y casi 100 mil de muertos se contabilizaron entre los blancos criollos y fundamentalmente los pardos. La horda y el caos gobernaron nuestro país durante esos 5 terribles y trágicos años. Contrariamente a lo que se llegó a pensar en la segunda mitad del siglo XX, una Venezuela sin memoria y adormecida en la prosperidad, Venezuela no solo no ha sido pacífica sino que la violencia prácticamente ha sido un instrumento nefasto utilizado por todos los bandos en nuestros procesos políticos.

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