viernes, 12 de junio de 2009

"La clase obrera no va al paraíso"

Este era el título de una película italiana de los años 60 ó 70 del recién finalizado siglo XX, viene al caso por una reciente película francesa que acabo de ver que se llama “Según Mateo” (Xavier Beauvois).
El argumento es lineal y sencillo un obrero resentido por la muerte de su padre, acaecida a raíz de ser despedido, por una falta menor, por la empresa donde ambos trabajan, además de otro hermano, su venganza es seducir a la esposa del dueño de la empresa, objetivo que logra plenamente, pero termina enamorándose. La mujer termina rechazándolo y el desenlace es que ambos hermanos se quedan sin trabajo y el mensaje final es que la separación de clase es real, las distancias son infranqueables y el obrero siempre pierde. La sociedad moderna industrializada ha mejorado de manera importante las condiciones de vida del obrero y de la clase trabajadora en general, pero el relativo confort obtenido está muy lejos todavía de las teorías políticas y utopías que se planteaban la liberación del trabajador, el obrero sigue siendo explotado y especialmente en las sociedades que se proclaman socialistas hoy, Cuba y Corea del Norte.
Lo que si ha cambiado sustantivamente es la alienación y manipulación de las masas a través de la propaganda y la llamada industria del ocio, que crea una ilusión de felicidad.
Aunque se habla y actúa en nombre de ellas, las masas siguen fuera de la historia y el poema de Bertolt Brecht “Un obrero lee la historia” sigue teniendo plena vigencia.

¿Quién construyó las siete torres de Tebas?/ Los libros están llenos de nombres de reyes./ ¿Fueron acaso los reyes quienes arrastraron los enormes bloques de piedras?/ Por la noche, cuando terminó la construcción de la Gran Muralla China, ¿a dónde fueron los albañiles/ El joven Alejandro saqueó la India./ ¿El solo?/ César venció a los Galos/ ¿ Acaso no había ni un concierto en su ejército?/ Felipe de España lloró cuando su flota fue hundida y destruida./ ¿No había otras lágrimas?/ Federico el Grande triunfó en la guerra de los siete años./ ¿Quién triunfó con él?/ Cada diez años, un gran hombre;/ ¿quién pagó para que llegar a serlo?/ Hay tantos detalles. / Hay tantas preguntas.

(Poesía. “Un obrero lee la Historia” de Bertolt Brecht).

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