viernes, 12 de junio de 2009

La estética fotográfica del siglo XXI: Helmunt Newton (Berlin 1920)

Este provocador y esteticista fotógrafo, de modas, retratos y desnudos, se sentía atraído y fascinado por el entorno más cotidiano, los paisajes urbanos más usuales, las mujeres más bellas y los rostros más infames como él mismo decía, que usualmente son los rostros del poder y del dinero.
Reivindica la mujer del nuevo milenio, que él fotografió en las décadas irreverentes de los 60 y 70 del siglo XX. El artista hace hablar a su obra porque como dice Paul Elmard “hacen visible algo”.
A pesar de las limitaciones de los trabajos por encargo, las limitaciones impuestas y las auto limitaciones de conveniencia, el artista, el verdadero artista termina por desarrollar su propia creatividad y conquistar sus propios espacios de libertad.
Helmunt Newton capta con su cámara un aspecto fundamental del siglo XX, la emancipación de la mujer, una minoría todavía, pero que ha abierto un territorio de libertad de manera irreversible y definitivo. “Es una mujer que prefiere llevar la batuta a dejarse someter, una mujer que disfruta de la radiante vitalidad de su cuerpo sobre el que decide ella sola, una mujer que sabe combinar la responsabilidad con el placer”. Es la mujer emancipada y niegan la sumisa y silenciada.
El fotógrafo trasciende el entorno y la realidad y crea una nueva atmósfera y una nueva realidad a partir de rostros que elocuentes lo dicen todo y cuerpos desnudos que se exhiben libres y desinhibidos, afirmativos, sin malicia, sin complejos y sin culpas. Es la poesía de la imagen que crea una complicidad entre la mirada y la imagen.
“Fundir la imaginación con la realidad” en un juego de individualismo y humor e invita a seguir un camino que permite descubrir un mundo atroz y franquea el receso a lo oscuro y surrealista” (Francoise Marquet). Es la vida, según el artista, con su lado oscuro y luminoso y es la valentía de asumirla. Eros y Thanatos convertido en imagen por este nostálgico y trashumante berlinés que supo elevar a arte supremo la fotografía, como un espejo de nuestra propia vida, con sus temores y terrores pero también con sus placeres.
“La esperanza tiene dos caras, la ira y el valor, la ira frente a una realidad injusta y valor para cambiarla” (San Agustín).


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