I
“Retirada al Silencio”
“Retirada al Silencio”
En la película de I. Bergman “Persona” la angustia se apodera del espectador frente a dos personajes condenados a la incomunicación y al olvido, en un mundo sin redención y sin Dios. La vida se reduce a la culpa sin remedio de una existencia vacía y sin sentido, a un intento de comunicación fallido y a un silencio neurótico al despojarnos de nuestras máscaras, de lo contrario las máscaras se convertirían en nuestro verdadero rostro con la consiguiente falsificación de nuestra vida, nuestra autenticidad y para evitar la locura nos obliga al silencio.
II
“Rwanda Hotel” (Terry George)
“Rwanda Hotel” (Terry George)
Película del montón pero que llama la atención sobre la indiferencia del mundo frente a los muchos genocidios y etnocidios que asolan nuestra desguarnecida tierra.
Un millón de muertos no les importa a nadie y menos si son del Tercer Mundo, en este caso de Rwanda, en donde en la década de los 90’ del siglo XX, un enfrentamiento tribal se convirtió en una de las grandes matanzas del siglo, siglo pródigo en este tipo de holocaustos, con millones de refugiados.
El futuro no se ve fácil en este desprevenido comienzo del siglo XXI; el hambre y la pobreza dominante; el deterioro ambiental y el armamentismo generalizado no auguran nada bueno, como si el Dios de la sangre y la destrucción quisiera seguir controlando nuestras vidas.
El hombre víctima del hombre es el desafío a vencer; hermanarnos de verdad, como seres humanos, como “personas” más allá de las diferencias de cualquier tipo.
Un millón de muertos no les importa a nadie y menos si son del Tercer Mundo, en este caso de Rwanda, en donde en la década de los 90’ del siglo XX, un enfrentamiento tribal se convirtió en una de las grandes matanzas del siglo, siglo pródigo en este tipo de holocaustos, con millones de refugiados.
El futuro no se ve fácil en este desprevenido comienzo del siglo XXI; el hambre y la pobreza dominante; el deterioro ambiental y el armamentismo generalizado no auguran nada bueno, como si el Dios de la sangre y la destrucción quisiera seguir controlando nuestras vidas.
El hombre víctima del hombre es el desafío a vencer; hermanarnos de verdad, como seres humanos, como “personas” más allá de las diferencias de cualquier tipo.
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