viernes, 12 de junio de 2009

Almólogos (Sobre Joseph Conrad)

Me encanta Joseph Conrad como gran escritor que es, pero su principal atractivo para mí; más que sus historias son los personajes que crea: el Coronel Kurz, el capitán Walley, Lord Jim, entre muchos personajes principales y secundarios, me recuerda a Dostowesky, otro almólogo, expertos en el alma humana que se adentran en las almas y cerebros y nos descubren todas las grandezas y miserias que somos portadores todos los seres humanos.
Conrad elabora historias sencillas básicamente sobre hombres de mar en cuyo desarrollo se despliegan grandes metáforas sobre el bien y el mal, sobre el destino humano, emociones y pasiones que gobiernan nuestras vidas convertidas en destino, son memorables sus novelas “En el corazón de las tinieblas”; “Con la soga al cuello”; “Lord Jim”; “La flecha de oro” y tantos cuentos memorables.
Cada vida es como un destino que inexorable se cumple y en donde los seres humanos somos más víctimas que protagonistas de nuestra libertad. Esta se convierte en nuestra principal responsabilidad y en el gran enigma.
Para Conrad somos héroes a pesar de nosotros mismos, y las pruebas y retos de los seres humanos siempre provienen de los seres humanos.
En la confrontación con los otros nos confrontamos con nosotros mismos; cada ser humano es víctima de sí mismo y nadie escapa a su destino. Todo ser humano intenta huir de sí mismo, sin lograrlo, pero pocos se dan cuenta y no logran sobrevivir, los demás, la mayoría terminan ajenos, alienados y creyéndose haberse encontrado y no saben que se perdieron a sí mismos para siempre.
Los héroes o mejor antihéroes de Conrad son desarraigados y extranjeros siempre, en todas partes, inclusive en su propia patria, como el extranjero de Camus, siempre en huída, siempre entre el absurdo y “más allá de la realidad y el anhelo”.

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