El siglo XXI se inaugura con una gran inestabilidad internacional y una pretensión hegemónica evidente de los Estados Unidos confrontado a una política de bloques de poder en donde los más visibles e importantes son la Unión Europea, China, Rusia y en menor medida India, Brasil, Japón y el resto del club atómico.
Las “zonas calientes” son muchas y en permanente movimiento; el medio Oriente; la disputa India /Pakistán (ambos países con arsenal nuclear); y el llamado “eje del mal” Corea del Norte e Irán principalmente debido a sus posibilidades de acceder a la energía nuclear y después países de regímenes hostiles al Imperio como Cuba, Siria, Sudán y Libia, aunque este último autosegregado de la lista. El argumento principal es la lucha o cruzada contra el terrorismo y a ello responde las invasiones a Afganistán e Irak.
En esta guerra mundial no declarada el frente es móvil y es global y América Latina no escapa a ello, por Cuba y por Colombia (el plan Colombia, el plan Andino, y el plan Patriota) y en donde Venezuela es peligrosamente involucrada por su situación geopolítica (cercanía y petróleo) y por la retórica confrontacional del gobierno.
La geopolítica es una disciplina seria que se ocupa de cosas de locos, como el poder, la ambición, la codicia y la dominación. En el siglo XX, especialmente en la primera mitad fuimos bastante insensatos al respecto, ojalá en el siglo XXI seamos más racionales en beneficio de toda la humanidad, para así poder ocuparnos de las cosas verdaderamente importantes para la causa humana como lo son el desarme y la paz; el combate frontal a la pobreza y las múltiples amenazas del medio ambiente.
Las “zonas calientes” son muchas y en permanente movimiento; el medio Oriente; la disputa India /Pakistán (ambos países con arsenal nuclear); y el llamado “eje del mal” Corea del Norte e Irán principalmente debido a sus posibilidades de acceder a la energía nuclear y después países de regímenes hostiles al Imperio como Cuba, Siria, Sudán y Libia, aunque este último autosegregado de la lista. El argumento principal es la lucha o cruzada contra el terrorismo y a ello responde las invasiones a Afganistán e Irak.
En esta guerra mundial no declarada el frente es móvil y es global y América Latina no escapa a ello, por Cuba y por Colombia (el plan Colombia, el plan Andino, y el plan Patriota) y en donde Venezuela es peligrosamente involucrada por su situación geopolítica (cercanía y petróleo) y por la retórica confrontacional del gobierno.
La geopolítica es una disciplina seria que se ocupa de cosas de locos, como el poder, la ambición, la codicia y la dominación. En el siglo XX, especialmente en la primera mitad fuimos bastante insensatos al respecto, ojalá en el siglo XXI seamos más racionales en beneficio de toda la humanidad, para así poder ocuparnos de las cosas verdaderamente importantes para la causa humana como lo son el desarme y la paz; el combate frontal a la pobreza y las múltiples amenazas del medio ambiente.
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