Nadie creía en el colapso de
Diversas informaciones se acumulan y se filtran: en las fuerzas armadas la inquietud es creciente y el rechazo mayoritario a las políticas gubernamentales de las “ayudas multimillonarias” a gobiernos “amigos” del exterior. Igualmente les preocupa la presencia de “milicianos” cubanos, 30.000 aproximadamente. También se habla de unos 10.000 “fundamentalistas” o guardias de la revolución iraníes y otros grupos, entrenados en subversión urbana y actos terroristas (FARC, ETA, etc), además de la guerrilla de las llamadas Fuerzas Bolivarianas de Liberación, operando en nuestra frontera. Otro ingrediente que produce mucho ruido e inquietud, como es obvio, en nuestras fuerzas armadas es la difícil, compleja y riesgosa situación con Colombia.
En el sector oficialista y en el gobierno las contradicciones y las confrontaciones tienden a generalizarse, como fue el caso de la salida intempestiva de
La superintendencia de bancos (SUDEBAN) aparentemente también se negó a actuar retaliativamente con un banco de capital mayoritariamente español.
Tascón denuncia la corrupción en el gobierno concretamente en el MINFRA y señala al hermano de Diosdado Cabello; este responde descalificando a Tascón y acusándolo de agente del imperialismo.
En PDVSA las aguas se enturbian y se vuelven cada vez más tormentosas con un Ministro Ramírez alzado, presuntamente, gracias a la cantidad de cosas inconvenientes que sabe y que no acepta renunciar ni que lo renuncien ignominiosamente. Da la impresión que cada ministro anda por su lado y el gobierno languidece en la corrupción y en la ineficacia, en la retórica reiterada y vacía del presidente.
Todo lo dicho anteriormente pudieran resultar simples especulaciones de prensa y de medios de comunicación alimentados por un afán oposicionista, pero como quiera que sea, el pueblo en su sabiduría dice que cuando el río suena es porque piedras trae, de allí que todo estos rumores pudiendo ser eso simples rumores no dejan de llamar la atención sobre un panorama político de contradicciones crecientes en el seno del gobierno y el oficialismo.
En un país de régimen parlamentario el cuadro descrito obligaría al gobierno a dimitir y a llamar a elecciones anticipadas; en el caso venezolano de régimen presidencialista, el gobierno tiene todavía cinco años por delante para rectificar, reconciliar y gobernar; que racionalmente sería lo deseable y lo más conveniente para todos; lamentablemente no es así, Chávez está ciego y sordo y pareciera empeñado en precipitar el fin de su gobierno; todavía tiene un respaldo importante, entre el 35% y 38% según las encuestas serias, si continua bajando este respaldo en el desgobierno, el país político entraría otra vez en tiempos de constituyente como único recurso político racional para enfrentar la profunda crisis institucional, política, económica y social que crece y nos acosa casi de manera fatalista.
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