Aquí no hay reforma constitucional sino un “golpe constitucional” o un simple y limpio “golpe de estado” para continuar afianzando un proyecto personal de poder, vitalicio y eterno, mil años durará el III Reich, decía Hitler.
Todo el poder para el Cesar es la consigna con sus procónsules-vicepresidentes y sus territorios federales por decreto, a voluntad y discreción del Cesar.
Todos los poderes terminan de desaparecer; la autonomía del Banco Central y
El “petrócrata” ha decretado la “reforma”, y ha ordenado no cambiar ni una coma, ordenó a su “asamblea nacional” y ésta en menos de diez días la aprueba ”igualita” en primera discusión (sin discusión, sin consulta y lógicamente sin disensión) y en su momento será consultado “el pueblo” (el pueblo es Chávez dice la propaganda y yo me lo creo) en bloque y con una sola pregunta. En un régimen unipersonal como este, el “yo” y mi “voluntad” es ley suprema y superior de la república. Yo el supremo puede proclamar como aquella famosa fórmula “declaramos nulas y vacías” toda ley constitucional anterior, “tanto para el pasado como para el futuro”, el caudillo, ungido de Dios existe para iluminarnos y guiarnos.
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