viernes, 13 de marzo de 2009

Otra vez la esperanza

Vota o Bota fue el titulo de un artículo anterior que precedió al proceso electoral que condujo a la victoria del 23 de noviembre pasado. El argumento sigue vigente. NO a la tentación autoritaria, NO a la presidencia perpetua y es que en el fondo, todos nuestro problemas políticos se reducen fundamentalmente a evitar otra dictadura en Venezuela y reiterarle al presidente que por favor aproveche los cuatro años que le faltan (Obama acaba de ser electo para un periodo de cuatro años) y gobierne. Que gobierne para todos los venezolanos. Que use un lenguaje adecuado, de respeto, tolerancia y dialogo, y que por fin se decida a atacar la corrupción, la ineficiencia gubernamental. Que no siga regalando ni despilfarrando el dinero de la renta petrolera y que pertenece a todo el pueblo venezolano. Que asuma con seriedad y diligencia el manejo de la aguda crisis económica que nos amenaza y empiece a tomar medida adecuadas, más allá del calculo electoral. Medidas que generen confianza, empleo productivo y combate efectivo a la inflación. En fin, es deseo de todos lo venezolanos que el presidente deje de mandar por capricho y gobierne. Que perfile y desarrolle un gobierno civil y civilista, con funcionarios honestos e idóneos mas allá del fanatismo político y la identificación ideológica interesada. Que entienda que el poder de un solo individuo no puede ser eterno. En fin, que entienda que el tiempo de las monarquías y monarcas absolutos ya pasó. El pueblo del que tanta se habla no es tonto y cada día más y más personas, muchos que hasta hace poco simpatizaban con su gobierno, ya se han dado cuenta que el presidente cada día representa el pasado y que su fantasiosa quinta republica luce tan vieja y desgastada como la escarnecida cuarta republica. La juventud venezolana con la intuición y la sensibilidad propia de la juventud se dio cuenta antes que nadie de lo desgastado, anacrónico y envejecido del personaje. Que su retórica de palabras sin contenido ya nadie las cree, por todas y otras muchas razones es que cívica y democráticamente debemos ir a votar y decirle NO a tanta insensatez e irracionalidad y recuperar la política en su dimensión humanística y transcendente, es decir como una teoría y una practica al servicio de la sociedad y no al servicio de una megalomanía de poder.

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