miércoles, 18 de marzo de 2009

“La Reforma Inconstitucional”


A estas alturas del proceso político desencadenado por la mal llamada “reforma constitucional”, hay consenso mayoritario en todos los sectores, -incluidos “chavistas” y “ex - chavistas”- que la reforma es inviable e inconveniente para los altos intereses nacionales.

Es inconstitucional y legalmente inaceptable por cuanto lo que plantea la “reforma” implicaría la convocatoria de un proceso constituyente. La “reforma” es ilegal, porque implica y configura un verdadero “fraude constitucional” pero además, es “moralmente inaceptable” por cuanto se nos convocaría a votar por algo que no puede ser sometido a votación, como son valores y principios irrenunciables, como por ejemplo: los derechos humanos, la democracia, la autonomía universitaria y garantías y normas que salvaguardan la libertad y la dignidad humana.

El rechazo a la “reforma” es tan mayoritario que el gobierno nacional ha rehusado al respecto todo debate sobre las propuestas contenidas en la “reforma” inclusive, el propiciado por el Consejo Nacional Electoral; de allí que el gobierno ha desarrollado una estrategia electoral en torno al caudillo; repitiendo el esquema, perverso y manipulador, de que se quiere “tumbar” a Chávez y acabar con su gobierno, cuando todo el mundo sabe, “chavistas” incluidos, que el presidente tiene un mandato de gobierno, como consecuencia de las elecciones del 2006.

En todas las encuestas el “si” pierde y esta tendencia sólo puede ser revertida por “magia o brujería” electoral, que el país nacional no permitiría ni aceptaría. El dilema de los que se oponen a la “reforma” de votar o abstenerse es un falso dilema, ya que de lo que se trata es que se retire la propuesta de “reforma” y se canalice legal y constitucionalmente como debe ser y al respecto el Tribunal Supremo tiene la palabra y en especial su sala constitucional, cuyos integrantes tienen una responsabilidad histórica de cara al país y al futuro, más allá de la circunstancia política actual y de sus evidentes simpatías e identificación con el gobierno actual.

La tentación de imponer la “revolución” va a fracasar; tiene que fracasar, y es que un “pacto social y constitucional” si no es consensuado y aceptado libremente por todos, no solamente fracasa, sino que le impone al país una carga de odio y violencia inaceptable para todos. Un país moderno, es abierto, plural y diverso, muy lejos de los regímenes fracasados del pasado y del presente que pretendieron hacer de Rusia, Alemania, España, entre otros países, unas “cárceles de pueblos”. En el mundo actual ninguna sociedad puede aislarse y muchos menos ir a contramarcha de la historia, hoy por hoy, todos los pueblos buscan el progreso y el bienestar a través de la libertad que es la única posibilidad que tenemos para que de verdad se desarrollen los valores de igualdad y justicia social. El fascismo y el comunismo (los extremos se tocan) fueron derrotados y expulsados al “basurero de la historia”, como diría Marx, y aunque la tentación autoritaria y totalitaria siempre está presente en la historia de los pueblos, confiamos que en Venezuela no triunfará.

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