miércoles, 18 de marzo de 2009

¿De la “dictablanda” a la dictadura?

Chávez ya no disimula, quiere todo el poder y para siempre, para ello ha anestesiado y aterrorizado a todo un pueblo

Chávez ganó democráticamente la presidencia en 1998 pero la ha ejercido no como un demócrata, sino como un autoritario con debilidades históricas e ideológicas de corte autocrático y fascista y no podía ser de otra manera, por su formación militar y por su vocación conspirativa.

Conquistado el poder quiere perpetuarse en él y para ello se ha camuflado o escondido detrás de una pretendida revolución "bolivariana" y un "socialismo del siglo XXI" que nadie termina por saber qué es, empezando por el propio Chávez, cuando dice y reconoce que hay que crear la "revolución" y crear este nuevo "socialismo" mientras tanto imita y repite lo que tiene más a la mano, el modelo cubano, que le ha sido muy útil por su exitosa experiencia de casi 50 años de un gobierno personalista y autocrático y un régimen hegemónico con control total de una sociedad y de un país.

Chávez se cree eterno, ha creado su propio mito y una corte de adulantes y oportunistas, alimentados por los "petrodólares" y la corrupción.

Chávez ya no disimula, quiere todo el poder y para siempre, para ello ha anestesiado y aterrorizado a todo un pueblo y ha neutralizado a una oposición que tiene vocación suicida unos por ingenuidad y otros por cálculo e intereses creados.

El secuestro de lo poderes es total y en particular el electoral, lo que inhibe o dificulta cualquier salida electoral. Un proceso electoral no tiene el mismo significado en una democracia que en una dictadura, por ejemplo; Saddam Hussein ganaba todas las elecciones con porcentajes casi del 100 por 100. Igual Fidel, en Cuba, Mugabe en Zinbawe, Assad en Siria, Kim-El-Sung en Korea del Norte, Kadhafi en Libia y unos pocos más, para desgracia de sus pueblos.

Chávez es un líder audaz, después de su "triunfo" electoral de diciembre de 2006, se lanza en este 2007, a un "ahora o nunca" de una mal llamada "reforma constitucional" y otra vez enfrenta una oposición potencialmente mayoritaria pero dividida entre "votistas" y "abstencionistas". En lo personal no creo que este sea el dilema, lo propuesto por Chávez y sus acólitos de la Asamblea Nacional, implicarían una constituyente, y si ellos no la asumen, la Constitución se lo permite a los ciudadanos en su Art. 348, a través de la recolección de firmas. Esta iniciativa tiene múltiples ventajas, entre otras, le permite a la oposición tener su propia agenda política.

Esta mal llamada "reforma" de consumarse es un golpe de estado, de allí la oportuna advertencia de la Conferencia Episcopal al calificarla de "moralmente inaceptable" así como el pronunciamiento de las universidades que en el mismo sentido dice; la "reforma constitucional" es inaceptable porque menoscaba en algunos casos, y elimina en otros, principios y derechos irrefutables y que no pueden ser sometidos en un proceso electoral refrendarío.

No se puede votar de manera disyuntiva si-no; y menos en condiciones de ventajismo electoral, y de legalidad precaria, unas propuestas que acaban con la república democrática y menoscaban o conculcan principios fundamentales.

La "dictablanda" prevaleció confundiendo a muchos, mientras un proyecto de dictadura en pleno desarrollo se trataba de instalar para siempre.

Más allá de "chavistas" y "anti-chavistas" que como todas las cosas de la política son algo circunstancial y coyuntural, existe una sociedad y un país que nos duele a todos y que nos obliga a trabajar unidos para su progreso y bienestar y esta claro que una "dictadura" no le conviene a nadie y tiene que ser rechazada por todos.

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