domingo, 29 de marzo de 2009

Entrevista con José Miguel Gil

A nivel social, a pesar de
la retórica pública, la
pobreza sigue afectando
a más de la mitad de la
población venezolana.
Continúa formando parte
de la estructura de la
sociedad, “ya que hemos
arruinado el aparato
público productivo sin
generar empleos”
La actual gestión parece
haber entendido que, para
echar adelante, se debe
poner la palanca en
retroceso.
El Estado maneja, a su
antojo, la dinámica de la
economía nacional a
través de la suspensión de
garantías económicas.

Con el incremento de la Ley
Especial de Endeudamiento,
decretada hace cuatro días por el
Presidente de la República, así
como las expropiaciones de tierras
a fincas y la intervención a
empresas transnacionales, las discusiones
giran en torno a un cambio
ideológico en la forma de
manejar la economía nacional.
Aquello que los oficialistas insisten
en llamar “revolución”, a
causa de la “transformación” de
los sistemas de producción.
Una de las definiciones de capitalismo
de Estado, destaca que es un
sistema en el cual, dicho sector es
el poseedor de bienes de capital y
se aprovecha de mayor valor vital
del recurso.
En Venezuela, la expresión máxima
de la intervención estatal en la economía
viene determinada por las
intervenciones practicadas a tierras
productivas como el Hato Caroní
(Barinas) o las fincas de El Maizal y
El Piñal (Lara). Diversos analistas
coinciden en que el país está siendo
conducido hacia un capitalismo
de Estado, a través del cual también
resurgen los temores del totalitarismo
temido por el pensador
belga Víctor Serge.
Sin embargo, a diez años del
gobierno de Hugo Chávez, se toman
una serie de medidas económicas
que han constituido la repetición de
las directrices de otros gobiernos.
Ángel Lombardi, historiador y rector
de la Universidad Católica Cecilio
Acosta, reflexiona sobre la vocación
para el capitalismo de Estado que
siempre ha caracterizado al Estado
venezolano.

¿En qué ha consistido la economía
venezolana de los últimos 10 años?
¿En cuál teoría podría ubicarse:
socialismo, comunismo o capitalismo
salvaje?


-En los últimos años no ha pasado
absolutamente nada diferente en
materia económica a lo que ha sido
la historia económica del país
durante toda la época petrolera. En
el gobierno de Hugo Chávez, hemos
observado un capitalismo de
Estado, sostenido por la renta
petrolera y caracterizado por altos
niveles de corrupción.
“De tal manera que la discusión de
socialismo o comunismo, es meramente
artificial, alimentada por
intereses ideológico-políticos, para
la cual, lamentablemente, los
medios se han prestado. Se le ha
dado cierta resonancia a una situación
que terminó siendo absolutamente
abstracta. En nuestro país la
economía era y es capitalista”.
Apuntó Lombardi, que ahora el
Estado maneja a su antojo, la dinámica
de la economía nacional, por
medio de la suspensión de las
garantías económicas. Una práctica
utilizada también por mandatarios
del período democrático. “Lo que
tenemos es una nación petrolera,
manejada con corruptela”.
-En sus tiempos Rómulo
Betancourt, suspendió las garantías
y los gobiernos posteriores mantuvieron
la medida. Luego, tuvimos
gestiones que nunca controlaron o
establecieron límites al peculado
con los dineros públicos.

¿Qué diferencias se han producido
con respecto a la época que el chavismo
denomina “Cuarta
República”?


- Estructuralmente ninguna.
Seguimos siendo una economía
estatista. A nivel social, a pesar de
la retórica pública, la pobreza sigue
afectando a más de la mitad de la
población venezolana. Continúa formando
parte de la estructura social.
Hemos arruinado el aparato público
productivo sin generar empleos.
“En este momento tenemos la
enorme tragedia que por cada ciudadano
venezolano que ingresa al
sistema laboral, otros tres son obligados
a incorporarse a la economía
informal.

¿Dónde
queda el concepto de propiedad
privada?


-En Venezuela la propiedad privada
siempre ha sido limitada, por
supuesto que durante este decenio,
ha sido limitada y agredida de una
manera particularmente intensa.

Economía sin cambios

¿Cuáles serían las implicaciones de
llevar a Venezuela hacia un capitalismo
de Estado?

- Como ya he dicho no hemos salido
de tal idea
de economía. En términos estructurales
no existe gran diferencia entre
un Carlos Andrés Pérez nacionalizador,
a finales de la década del
setenta y principio del ochenta y el
Hugo Chávez, también nacionalizador,
del siglo XXI.
“Ambos mandatarios, en sus respectivos
períodos, usufructuaron el
producto de un boom petrolero, tienen
personalidades parecidas y al
final ambos terminaron con un país
arruinado”.

Si el socialismo tiene ejemplos de
fracasada funcionalidad-como
China, que desde hace años aboga
por una apertura al capitalismo.
¿Por qué entonces el gobierno insiste
en su aplicación?


-Porque este es un gobierno absolutamente
anacrónico. Una gestión
que parece haber entendido que
para echar adelante, hay que poner
la palanca en retroceso.

¿Puede permitirse pensar en inversión
extranjera en nuestro país?

-En lo absoluto, Venezuela está
entre los últimos países en los
que se genera confianza para la
inversión.

Futuro incierto

-¿Cuál será el fin económico para el
resto del año?


-Incertidumbre. Todos los especialistas
apuntan que la crisis económica
global y nacional se va a
acentuar con una proyección del 40
al 45 por ciento en el índice inflacionario,
con una caída del crecimiento
económico a uno o dos por
ciento apenas. Además de una
caída en el ingreso petrolero en
más del cincuenta por ciento y,
lógicamente, una caída de la inversión
pública también en un 50 por
ciento.

¿Está preparado el Estado venezolano
para hacerse cargo de las
empresas intervenidas?¿Qué pasará
con los puertos y aeropuertos
que también han sido
intervenidos?

-Pues lo
mismo que sucedió
en el pasado. Cuando se nacionalizaba
una empresa, ésta se
echaba a perder. Pasó con la
Compañía Anónima Nacional
Teléfonos de Venezuela (Cantv) y
ahora pasará con puertos y aeropuertos.
Serán peor administrados,
por lo cual prestarán un peor servicio
y van a ser más burocratizados
y más corruptos.
Lo que responde a la pregunta es
una frase contundente: El Estado
venezolano no tiene la capacidad
para gerenciar el país.


-¿Cuál es el objetivo de Hugo
Chávez?


Perpetuarse en el poder. Estamos
viviendo una dictadura militar con
tentaciones autoritarias y totalitarias.

Todos estos cambios en el panorama
económico, las medidas
económicas que apuestan a una
reserva del Gobierno nacional
¿Obedecen a un profundo temor
del presidente Chávez a un estallido
social o una revuelta militar?


-Claro, parte de la situación es
que la inestabilidad, el miedo y
la incertidumbre, alimentan
constantemente la tentación de
un revuelta militar y una rebelión
popular. De hecho, esto ha
venido ocurriendo en diversos
sectores del país, los cuales se
han lanzado a la calle a protestar
por reivindicaciones justas y
legítimas.


¿Cuál sería el verdadero impacto
de las medidas económicas?

- El empobrecimiento colectivo.
Todo será cada vez más caro y,
obviamente, todos tendremos
mucho menos dinero.


Sufrimiento general

Con el paquete de Chávez, anunciado
el pasado sábado, se habla
del sufrimiento de la clase media,
en favor de los sectores más
pobres. ¿Cómo quedan las clases
sociales?

El paquete nos afecta a todos, evidentemente.
Mucho más a quienes
tienen menos, al sector humilde de
nuestra población. De igual manera
afectará a los desempleados, sin
dejar de incidir, de forma negativa,
en la situación de quienes viven de
un sólo salario, cuyo valor será
completamente absorbido por la
inflación.
“En general, tanto las clases medias
como las clases bajas sufrirán el
impacto de una crisis económica, la
cual pudo preverse- y en parte evitarse-
si no hubiéramos tenido un
gobierno tan irresponsable que desperdició
los recursos y robó a
ultranza, durante la época de las
vacas gordas. Ahora nos tocará a
todos los venezolanos pagar caro
las vacas flacas”.

1 comentario:

  1. Churchill llegó a decir que lo único que hacía el socialismo era repartir la miseria equitativamente. ¿Qué ha hecho la izquierda latinoamericana, desde Cuba y antes? Pues mantener terca y acaloradamente una devoción fetichista por ciertos líderes y caudillos. Me atrevería decir hasta fálica... ¿Teoría? La de eternos perritos falderos... Desde Fidel (o desde Stalin), la izquierda debió callarse.
    edgar medrano

    ResponderEliminar