Dios creó al hombre y éste se destruyó a sí mismo, pareciera ser la filosofía de George Fleischman en su película ''Cuando el destino nos alcance''. En ella el futuro es una pesadilla, maridados el horror y el terror. Destruida la naturaleza, los océanos, todo vestigio vegetal, y animal, el hombre vuelve a ser antropófago. Los cadáveres son transformados en alimentos sintéticos, el hombre en materia prima de la industria de
De la nada volvemos a la nada, es lo que piensan sabios como C. Levy Strauss y G. Dumezil. La sociedad del futuro será la que prefiguraron Orwell y A. Huxley en sus libros.
Nuestra época se ha caracterizado por una consciencia contradictoria, unos creen haber empezado a vivir la utopía, otros, creen vivir el comienzo del fin. La película transcurre en el año 2040, en Nueva York, con 40 millones de habitantes, en su mayoría desempleados, hacinados, desesperados y sometidos a una minoría llena de privilegios, detentadores del poder económico y político.
En esta sociedad dantesca, el conocimiento de la verdad conduce a
La película es sobrecogedora el hombre termina por construir el infierno, una sociedad sin esperanza. No comparto la filosofía de la película, pero sé que existe la posibilidad que ella plantea. El ser humano habita entre la aurora y el crepúsculo. Vivimos en una época desesperada, entre el infinito y
La desesperación se hace absoluta, igual que en la película que estamos comentando, la desesperación es convertida en sistema y nadie escapa a ella. La única posibilidad sigue estando en el hombre mismo, recuperarse y asumirse como creación a quien le fue dado una tierra para morar y crecer en ella, construir su propio paraíso. En el fondo, la película deja abierta una puerta a la esperanza: salvar a la naturaleza es salvarnos a nosotros mismos.
Al principio Dios creo el cielo y la tierra…al hombre y a
No hay comentarios:
Publicar un comentario