lunes, 16 de marzo de 2009

Movimiento civilpor la unidad


Nunca como ahora la sociedad civil en su conjunto: el ciudadano, la familia, las comunidades, las instituciones en general, incluidos los partidos políticos, las organizaciones sociales y gremiales, además de la Iglesia y las Universidades, están obligados a actuar en defensa de la nación y su futuro democrático; frente a la amenaza creciente de un estatismo autoritario y un proyecto autocrático de poder. No podemos seguir permitiendo una división antinacional en Venezuela. Aquí podemos convivir y competir democráticamente “chavistas” y “anti chavistas”, ex – chavistas y disidentes en general. Las “oposiciones” pueden ser muchas de “derecha” y de “izquierda”, pero el gobierno no puede estar subordinado a un solo individuo.

En noviembre hay que derrotar a los candidatos del oficialismo, por la sencilla razón que este ha fracasado en su gestión pública. El venezolano de a pie, así lo siente, la economía va de mal en peor y la sociedad en su conjunto sufre el flagelo de la inseguridad, la ineficiencia y la corrupción; pero hay otra razón, y es la necesidad de reconquistar el necesario equilibrio democrático, Venezuela no puede ser “monocolor”, no fue conveniente que fuera “blanquiverde” como no es conveniente que sea “roja rojita”. Venezuela necesita reencontrarse y reconciliarse en un gobierno de unidad nacional y acabar de una vez por todas con casi 25 años de crisis y “anomia”. Ojalá Chávez aceptara ser en algún momento ex–presidente, sobreentendido que su salida del poder sería de forma democrática y constitucional, lo que no se puede permitir es la “presidencia eterna” y la “autocracia a la cubana”.

Estamos celebrando 50 años de democracia y tenemos que comprometernos a hacer del siglo XXI, el siglo de la democracia plena y de la fundación definitiva de la república progresista que prometimos crear en la gesta emancipadora. Esta es una tarea de todos pero fundamentalmente de los civiles y es que la guerra la hacen los militares; pero la paz y el progreso son tareas de civiles, de ciudadanía y civilidad a través de la educación y del trabajo, del compromiso noble y honesto de todos y cada uno.

La Venezuela civil, la de Fermín Toro, Cecilio Acosta, Rómulo Gallegos, Jesús Enrique Lossada y tantos otros deben prevalecer un nuestra formación y consciencia como expresión de una cultura nacional de la convivencia y el respeto y que termine por reivindicar de manera definitiva a Vargas frente a Carujo.

El proyecto republicano y democrático por definición es un proyecto civil y civilizatorio, para garantizarlo tenemos que estar unidos frente a cualquier pretensión hegemónica y autoritaria, no importa el signo ideológico y político de los mismos.

Las “oposiciones” deben unirse electoralmente en este noviembre crucial, no para derrotar al gobierno sino para crear un equilibrio necesario de poderes que permita seguir avanzando tanto al gobierno como a la oposición y con toda la sociedad venezolana en un proyecto de país compartido, no importa las discrepancias y las posiciones divergentes. Un país es un proyecto integrador pluricultural, pluriétnico y policlasista sobre la base de un programa político que las mayorías legitiman por la vía electoral. Proyecto-país, programa político que no puede ser excluyente en ningún sentido y que responde a las tendencias universales y civilizatorias, así como a las necesidades concretas de la gente, en función de ofrecer posibilidades de desarrollo y promoción humana para todos los ciudadanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario